20.2.08

Currantes

La dirección del Partido de los Currantes andaluz autoriza a sus diputados a participar en la follisca de la que abominaban hace tres años, por inmoral, por corrupta, por abusiva. Ahora, los diputados andaluces del Partido de los Currantes a los que las elecciones del 9 de marzo manden a tomar merecido viento y forzoso descanso, pueden llevarse muerta y todavía caliente la indemnización por cesantía que se inventaron los socialistas a través de una cosa llamada Pacto de Impulso Democrático, que ya tiene mandanga bautizar así el reparto póstumo de la manteca pública; pero en fin: en política, hasta la mierda tiene que sonar bonita. El caso es que aquí, quien logra agarrarse a la teta de la ideología comprometida, el servicio público y el amor al terruño, ya no se suelta ni aunque quiera, y si tenemos en cuenta que nadie quiere, pues qué te voy a contar, nos sale por un pico. Un diputado cobra al mes casi 3.500 euros, más pluses. ¿Cuánto deberíamos pagarles a esos pavos si fueran héroes, si fueran bonicos, si fueran simpáticos, si fueran currantes como los del Partido de los Currantes? Esto está montado sobre demasiada pasta por todas partes y así, amiguitos, no furrulan más que los intereses privados.

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