18.12.07

Al olor del conejo

Pues anda que no está rico el conejo. Todos los conejos. "El conejo bendito, que es el conejo agarrapito; el conejo blando y sabrosón, el conejo duro y regalón, el conejo verde aventurero, el gentil conejo cipotero, el montaraz conejo pipudo, el conejo abierto y en embudo y el vil conejo conejero” (basado en un poema de Camilo José Cela). Al Acebes le parece antiguo eso de comer conejo y una barbaridad que Rodríguez Zapatero se lo recomiende a los españoles para esta Navidad. Qué poquitos buenos conejos se habrá comido Acebes, qué lástima de hombre, así está de pálido. Mi madre lo prepara con una salsa de almendras que te caes pa’trás y mi novia lo cuece con tan efectivo golpe de horno mañanero que te caes pa’lante y ya no te puedes levantar en un buen rato. Ay qué gustito pa mis orejas, con estos fríos. Es buen síntoma que el socialismo aconseje el conejo y que la derecha le haga ascos: significa que la política empieza a encauzarse correctamente. Vamos al conejo, es nuestro destino y nuestro origen. España es conejera, con arroz, con afición, con mucha ternura o a lo ceporro, esto es, comiendo conejo a dos carrillos y haciendo ruido al sorber. Que el conejo nos salve. Eso es todo, amigos.

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