21.6.07

El cura aquel que me llamó

Un día de hace unos años recibí la llamada de un cura que me dejó bastante descolocado, tanto que incluso me planteé ir a misa algún domingo, si bien la tontuna supersticiosa me duró poco. El cura me llamaba para manifestarme su apoyo al respecto de una de mis muchas fechorías articulísticas, no quiero ni debo decir cuál, pero sí que la fechoría en cuestión era de esa calaña con la que no cualquier cura tendría huevos para solidarizarse. Ese cura, claro, era Juan Rubio, y como ayer lo vi en la columna de contraportada de este periódico que nos envolvió los ochíos en párvulos, de regreso al JAEN y, encima, criticando obispos, pues me alegré lo que no está escrito y me dije: ¿A que le echo una Lagártica de rebienvenida? Así, de paso, doy que hablar: ¡El Tíscar escribiendo bien de un cura! ¿Querrá que el Rubio lo meta en la revista católica que dirige, Vida Nueva? Bueno, pues mira, en peores garitas ha hecho uno guardia… Pero la cosa es más sencilla. La cosa es que Juan Rubio es un cura que contrarresta su defecto con lecturas variadas —mucha novela (algunas hasta picantosas)—, con vida terrena, real, y que antepone la inteligencia y la coherencia a su oficio y, me parece a mí, hasta a su jefe.

4 comentarios:

Rfa. dijo...

Cuando yo era pequeño quería ser cura. Mis amigos se disfrazaban de pistoleros y yo me ponía una sotana. Luego me hice mayor, claro, y me aficioné a La Regenta. El clero es un ente misterioso, pero no siempre risible.

Jabalcuz dijo...

Vaya Sr Tíscar, fíjese, con todo lo que dice del clero y seguir manteniendo amistad con un cura hecho y derecho como es el Sr Rubio. El defecto de ese hombre en mi opinión no es su dedicación a Dios, sino su relación con quienes no lo quieren, auqnue más que un defecto es una consecuencia de su dedicación...
Le animo a que aprenda de ese señor, le tiene muho que enseñar, siempre que ud esté por aprender.

saludos

Jesús Tíscar Jandra. dijo...

Amén, Jabalcuz, amén.

Anónimo dijo...

Desde luego sr Tiscar que no conoce usted bien al cura Juan Rubio. Por donde pasa va dejando su impronta de soberbia y de ave de rapiña.

Como buen cura de mal uso tambien tiene mucho de hiena carroñera y de cuervo saca ojos. Pero sobre todo de camaleón amante del sol que más calienta.

Sr Tiscar enterese, por donde ha pasado Juan Rubio, al irse, ha dejado la paz de Dios entre los que lo sufrieron. Se han quedado, literalmente, en la gloria.

De todos sitios ha salido zapeado como una rata cuartelera. Se lo digo yo que conozco bien la fauna eclesial por ser la que le barre la casa al Sr. Obispo y conocer mucho el polvo que se acumula bajo sus alfombras.

Ya veremos como acaba en Vida Nueva, si es que antes no acaba con ella.