Ya saben lo suficiente

Dice una encuesta del Instituto Andaluz de Estadística que sólo el cincuenta por ciento de los alumnos de instituto contemplan la Universidad como la continuación de su futuro como seres humanos. Y hacen muy bien. Hoy saber mucho no vale sino para calentarse la cabeza y que te la calienten el doble, y yo creo que la meta, la aspiración, el sueño a cumplir de todo ser humano natural, sensato, lógico y práctico es que te calienten la cabeza y calentártela lo menos posible. Que luego todo son pensares, pesares y remordimientos de conciencia. La fábrica del saber siempre ha estado en la calle, dicen los abuelos. Ahora también está en la tele, que es una ventana que da a la avenida, el callejón o la glorieta que a uno le guste más. El pastón que dicen que mueve que una concejala pepera se aburra y enseñe sus primores y sus tetas empieza a poder con todos los libros de texto, por bonicos y bien encuadernados que estén. Desde aquí animaría a nuestros bachilleres a que paren a tiempo con la masa encefálica y contribuyan alegremente al vacío de las aulas universitarias. Las arcas del Estado se lo agradecerán. Y los cerebritos que se resistan con más insistencia, ¡pumba!, directos al extranjero.