31.5.07

Les echamos un jamón

Lo malo es que ahora, ya, tan pronto, no se acuerdan del pueblo que los ha puesto ahí, mucho menos del que no los ha puesto: al que no los ha puesto, que le den. Sólo nos necesitan para que les entreguemos el material: la cartulina, el pegamento, las tijeras… Su función es ya realizada al margen del que tanto querían. Ahora quieren gobernar ellos, todos ellos, y les importa un pimiento que el pueblo manifestara otra cosa. Vuelve la guerra de partidos, las revanchas del tiempo, porque el cariño y las promesas a los votantes dura sólo unos días engorrosos y necesarios. Ahí tienen, les hemos echado un jamón y se han tirado a despedazarlo como si no hubiesen comido en cuatro días. En cuanto lo agarran, el jamón es suyo. Y los demás que merienden mortadela, o choped. Sí, mejor choped. El resultado de las elecciones tiene un pasado oscuro, poco concreto, ambiguo… ¿De dónde vendrán estos porcentajes, estos votos, estos concejales? Da igual, el caso es que los tenemos, que es lo que importa. Todos los políticos son unos desagradecidos y unos olvidadizos, es su raza, su credo, su facultad más desarrollada. Cuando se les acabe el jamón, husmearán otro y se acordarán de a quién pedírselo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joder, chopped, con lo asqueroso que está. Yo nunca lo he podido soportar. Podrían darnos al menos una morcilla de Burgos.