8.2.07

Podemos seguir con el vino

Vaya, parece ser que alguien sensato (normalmente inteligente, sin ir por ahí haciéndose el chulo a cuenta de la masa encefálica que dios le dio y san Pedro le bendijo) ha hecho entrar en razón a la ministra de Sanidad con respecto a las cien patadas y los mil pellizcazos que pensaba pegarle al vino con sus delgados dedos de monjita progre que no permite fumar en el convento ni comer otra cosa que no sean sus chícharos y sus papajotes. O a lo mejor han sido las cercanas elecciones, aunque es muy raro que un político se mueva por tales menudencias: al fin y al cabo estamos en democracia y las intenciones de voto no se pueden modificar así como así, ni siquiera a través del trato que se le dé al mollate. Ahora, el Ministerio de Sanidad “permitirá” a los bodegueros promocionar su vino. Anda, cucha tú, pues muchas gracias, señora, es usted muy amable por no prohibirnos, dirán ellos. Además, los adultos podrán beber vino en presencia de menores, o sea, algo así como lo que se ha hecho toda la vida, pero ahora con el consentimiento (acaso los regañadientes) de esa caudilla con pinta de farmacéutica sapiente, nuestra patrona de la salud, del bienestar y del aburrimiento soberano, de caballo.

3 comentarios:

Raquel dijo...

Si la Ministra se entera de que a mi hija de dos años le he mojado el dedo en vino y además le ha gustado, ¿qué puede ocurrirme? XDDDDD

Anónimo dijo...

Pide la pena de muerte para ti, Raquel.

Raquel dijo...

XDDDD Ministras a mí, jaajajajaj