25.5.06

No nos satisfacen los juzgados

Para el Juzgado de lo Penal número 3 de Jaén, diez años de amenazas de muerte, insultos, bocados a los hijos, golpes en la cabeza, tirones de pelo, arañazos y hematomas equivalen a veintiún meses de prisión, con los que se ha “conformado” —claro— uno que seguramente es muy buena persona, pero coño, la verdad es que no se le nota nada y debería hacer algo por promocionarse mejor, no vayamos a pensar que se trata de un ser malvado o poco apto para vivir en pareja y sociedad. Por su parte, el Juzgado de lo Penal número 1 le mete nada menos que dieciséis meses a otro angelito que, de forma intachable, se hinchó de pegarle hostias y puñetazos a su esposa y a su hija adolescente, y también se “conforma” con la pena, por supuesto, la cual incluye el alejamiento de las víctimas durante dos años: ese castigo tan chulo y tan de moda que estadísticamente nos viene demostrando la de tragedias que cría, porque a la Justicia suele olvidársele que hay una cosa que se llama venganza rabiosa. Esto me hace creer, pues, que la Justicia no satisface a quienes la mantenemos. Y vuelvo a acordarme de los tres años de cárcel para los hosteleros ruidosos, ¿recuerdan? Anda ya.

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