Lo más tonto del caso es que las campanas de la Catedral sólo molestan a este hombre, Antonio Rus, quien probablemente lleva diez años disfrutando como un marranillo a cuenta de su asunto; porque es eso, su asunto: él lo creó, él lo crió y él lo ha ganado; con su asunto ha envejecido y a su lado este ciudadano ha ingresado en la historia de este Jaén lagártico y pescuecero que mira el tranvía pasar mientras se saca un moco. Yo me imagino al señor Rus levantándose todas las mañanas durante estos últimos diez años con un único motivo en su cabeza, el motor de su vida: su asunto, el cual no ha dejado ni un momento de abrazar y proteger y consolar cada vez que las campanas catedralicias pegan sus badajazos soliviantadores. “¡Ya me habéis asustado el asunto!”, se queja, y a continuación lo arrulla: “Ea, ea mi asunto, ea, ea, ea mi asunto”. Alguna vez le he escrito una columna al hombre este felicitándole el valor de denunciar a las campanas de la Catedral, que viene a ser como denunciar a Dios, a su llamada; pero, leche, de ahí a que la Justicia le dé la razón, no sé yo, ¿eh? No ya por las campanas en sí, sino por la chominá que es. El caso es que el tolón-talán y el talán-tolón es una cosa que, más o menos enfermizamente, nos gusta a todos. Menos a él.
4.9.09
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4 comentarios:
Quizá es que su asunto no es tanta chominá como dices.
Y tal y como lo planteas -bien planteado-, la razón de la justicia a este hombre -y su asunto- viene a significar que dios -el denunciado- deja de tener inmunidad -sería inmunidad diplomática, ¿no?-. Y rompe la creencia -de los creyentes- de que todo vale si lleva a dios como etiqueta.
El asunto tiene mucho "fondo", máxime cuando llega a movilizar a casi medio Jaén -con lo pasota que es- en defensa de esos tolón-talán. ¿Cuándo se habían recogido 32000 firmas para algo?
Le molestan??? La cosa es facil, que se busque un pisito de alquiler normal (como el resto de los humanos) y no sus 3000 pts y nos deje a los demas...
A partir de ahora la calle Campanas de llamará la calle "Los soportales"
Indalo
Lástima, querido Antonio, que cuando, en la aplicación de la misma ley condenaron a los chicos de un pub a carcel. Esta gente no se movilizara.
La hipocresía es bestial en todos estos asuntos. Ni este tipo ni nadie tenemos la culpa de los absurdos de algunas leyes, pero nadie recoge firmas en contra de ellas.
Me pregunto si la reacción (de todos) habría sido la misma si en lugar de las campanas de la Catedral se tratara de los gritos del imán de una mezquita llamando desde el alminar a la oración a media mañana. No sé yo si la justicia habría fallado en contra ¿eh?
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