Ahí está el aceitunero altivo de Jaén, ese es: el que dice que muy bien, muy bien, pero no pone un céntimo para que diez mil personas papeando aceite entren en el Libro Guinness de los Records el próximo domingo, hazaña que, personalmente, no me entusiasma ni mucho ni poco, pero bueno, ahí no voy a entrar. Cucha tú que los panaderos, a través de su asociación provincial, van a poner diecisiete mil bollos y eso es algo que inspira mucha ternura, no me digan que no, tanto bollo, mientras que los de la cervecería El Monje darán gorras y camisetas para que el jolgorio oleícola luzca uniformado, por no hablar de las administraciones, que ya están muy habladas, arrimando el hombro a favor del evento en pro del aceitaco que, eso es verdad, saltará a las noticias curiosas mundiales, se consigan las diez mil criaturas o no. Sin embargo, las Denominaciones de Origen, el Patrimonio Comunal Olivarero, las empresas aceiteras y los etcéteras del ramo no se apuntan a promocionar su propio producto, y ese es, repito, el aceitunero jaenita, ese, no hay otro: ese al que todo lo que no sean dineracos rápidos y pringue vendida de cualquier manera le parece un perjuicio para la baldosa fuerte bajo la que guarda sus ilusiones entre despojos húmedos de avaricia.
12.5.09
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1 comentario:
Claro, claro... ¡Ay si el aceite se bebiera como la cerveza! ¡Nos iba hacer falta hacer el gilipollas de esta manera!
Pero no, nenes. El aceite se bebe sorbito a sorbito y ni eso, ni así se toma. El aceite virgen extra al cubo se toma desparramado en un trozo de pan, y masticas, y trituras esa tostada y lees noticias como esta:
http://www.elblogsalmon.com/eventos/abre-las-puertas-expoliva-la-feria-del-peor-negocio-gestionado-en-el-mundo
Pero qué desgraciaos somos, joder.
Bueno, yo no.
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