Y seguimos con los debates chorra que preocupan hoy día a la sociedad española, debates apuntalados por ese puritanismo moderno que intenta en vano tapar lo moralista mediante lo políticamente correcto y el respeto al ser humano. Ay. Ahora se trata de averiguar si la señorita que se despelotó ante los presos de la cárcel de Picassent, en Valencia, tocó o no tocó los genitales a alguno de ellos y si se restregó o no se restregó con el cuerpo embadurnado de leche condensada, aunque eso también habría que verlo, puestos a debatir y a especular, porque puede que no fuera leche condensada, sino paté de atún o manteca colorá, o sepa dios. Ahí lo llevas. Ignoro si los espectáculos cachondorros están prohibidos en las prisiones. Si fuera así, que destituyan a quien sea y punto. ¿Pero nos vamos a poner ahora a ver si hubo toqueteos paquetales o frotamientos reposteros? ¡Leche, pues lo más seguro es que sí! ¿Y qué? ¿Qué esperan los correctísimos que se produzca en un espectáculo guarrindongo, juramentos a la Constitución, solos de arpa magistrales, habilidosas sombras chinescas? Se trataba de poner calentorros a los reclusos, ¿no? Pues tira pa’lante y déjate de detalles, que pareces el confesor preguntando si por encima o por debajo de la ropa.
22.1.09
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