Venga, venga, a la aceituna, vamos todos a la aceituna, recojamos juntos el bendito fruto del vientre de las olivas, los negros con sus manos negras y los blancos con sus blancas manos, ayudemos al infiel para que no se canse, a ese chirri alógeno y equivocado, démosle pan y tocino al peregrino, es la fiesta, comienza la fiesta, ya está aquí la fiesta, festividad de la pringaza que viene, riqueza de sangre verde, prosperidad italiana, jugo de moco friolento, terrón de escarcha agria. Vamos todos. A la olivita, a la olivita, al vareo de las ayudas europeas, al templo de las cooperativas, almazara de mi alma, de tu alma, de nuestra alma, jornal y conejos que miran, totovías, patrones, que la aceituna no se cae sola ni se recoge ni se mete en el capacho ni en el tractor sola, que la aceituna es tonta, que está acipotá de tanto esperarnos, y hay que espabilarla y enseñarle los dientes como se los enseñó un día Fishler, angelico, era simpático y tolondro. Cada jaenera tiene un ovario normal y otro aceituna, cada jaenero lleva colgando un testículo cojón y otro aceituna, los de fuera no, los de fuera sólo tienen frío en los ovarios y en los testículos, a ver cuándo un melenchón para ellos, poetas y cantores de la tierra, a ver cuándo un virgen extra que de verdad lo sea.
2.12.08
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2 comentarios:
Esta columna me ha gustado mucho "joé", no "to" iban a ser críticas gatunas,
Me das asco, me repugnas, waaaak
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