Estos escandalitos que de vez en cuando se dan en la política nacional, tipo aviones a Guantánamo pasando por España, finalmente acaban en nada, así que no sé a qué viene tanto aspaviento. El revuelo huele a muerto y enterrado nada más nacer. Con Bush y la CIA de por medio y un Aznar encogido de hombros y de bigote dime tú a mí qué puede hacer un Ismael Moreno cualquiera, juez de la Audiencia Nacional, sino darle unas cuantas vueltas al caso, interrogar a algún ujier, a ver qué sabe, y cerrar el asunto rascándose la cabeza sin llegar a ninguna conclusión. Por otro lado, a quién puede sorprender a estas alturas que el anterior presidente del Gobierno no se negara a que sus Estados Unidos hicieran del territorio español lo que les saliera de las pelotillas. Vamos, que si Bush le dice en aquella época que quiere un cacho de Benidorm para intercalarlo en Nebraska, el tío seguro que le da dos, con abueletes del Inserso incluidos y varias tiendas de flotadores. Y muchas gracias, George. Lo carota es lo del PP de ahora al defenderse diciendo que eso no tenía que haberse filtrado a la prensa. Claro, es que a lo mejor lo secreto tiene menos delito: el bochorno de una falta es que de la falta se entere todo el mundo. Pero, lo dicho, que esto no llega a nada, hombre.
3.12.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario