A la derecha jaenita le podemos y deberíamos negar muchas cosas. En realidad le podríamos negar todo o casi todo, más que nada por ese prejuicio dictatorial que tenemos los progres de izquierdas y por lo retorcidos que somos, que cualquier día va a venir el demonio y nos va a llevar de los pelos al infierno, sí señor. Sin embargo, lo que no le podemos negar a la derecha jaenita, y en particular a sus representantes en la tierra, o sea el Partido Popular, es que son muy de calle y hasta para echarse los perros les importa tres narices, un comino y medio pito el qué dirán. La riña entre mi Inma, la Solar, y el García Anguita, el edil, de la que nos hablaba ayer este diario, acaecida en las mismísimas puertas del Ayuntamiento, viene a confirmarnos, una vez más, que los conservadores de esta capital de provincia ya no se preocupan de guardar las apariencias —que siempre ha sido una cosa muy de derechas— y la verdad es que eso está muy bien. Es progreso, a lo mejor a través de la corrupción de las formas tradicionales, pero progreso es. Bronca a las claras fue también el afilado y valiente artículo con el que mi Inma, la Solar, le arreó dos castañas al Josenrique el pasado lunes en este periódico. Qué tía, mi Inma, qué rejo tiene. Yo así no puedo dejar de amarla.
3.10.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario