Hombre, a ver, yo no voy a sacar ahora la cara por el Josenrique Fernández de Moya, dios me libre, ni casi por nadie derechoto, las cosas como son, ya me conocéis, aquí todo el mundo sabe que estoy vendido al PSOE y no le falta razón en sus saberes, pero la rabieta del Juan Pizarro echándole la culpita de sus ciento cuarenta y tres adscripciones (frente a las dos mil ciento veinte del Josenrique) a la organización del próximo Congreso pepero jaení me parece un pelín chiquillona. Tío, Pizarro, si no pillas compinches en tu guerra contra lo establecido, será porque te falta la cosa esa del carisma o porque no ofreces los placeres necesarios, ¿no has podido planteártelo? ¿Tiene que ser culpa de terceros que no te quieran mucho, o al menos no tanto como a tu rival, siempre tan bien peinadico? Uno pide apoyos y hasta tabaco, cuando está tieso, pero ya se sabe que, ante el defecto de pedir, puede imponerse la virtud de no dar, y de hecho se impone, en estos tiempos de crisis y eso. Ese rebote no te pega, Pizarro, hay que saber abandonar cuando no cabe más remedio. Así es la vida. Deja tú al Josenrique que se lo coma un día la Solar, mi Inma, y verás que se vive mejor sin esperar más amigos que los que se te pegan solicos. Hazme caso, anda.
11.10.08
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