Miles de murciélagos revolotean las noches de la capital jaenoncha y algunos hasta buscan cobijo en los pisos, sobre todo en los de la avenida de Andalucía, y dicen los ecologistas que mucho cuidadito con ellos, que están protegidos por la UE, por Zarrías y por el Gobierno español, no vayamos a cometer una injusticia. Así que ya lo sabe: si un murciélago se le cuela en su casa mientras está usted cenando, siéntelo a su mesa y comparta con él la tortillica francesa y el yogur de frutas del bosque con tropezones, y si se le cuela por la ventana del dormitorio cuando usted se está aplicando, con el denuedo acostumbrado, en los débitos carnales, deténgase un momento e invítelo a acomodarse en la mariantonieta para que el animalito mire a gusto, o, si se le antoja, pueda acercarse en una volá y chupársela a usted con toda la libertad del mundo, digo la sangre, aunque tal y como está la vida en estos tiempos, cualquiera sabe… No se le ocurra, por dios, ponerse a gritar ni intentar echarlo, mucho a menos se le vaya a pasar por la cabeza matarlo a periodicazos. No le haga pasar mal rato. El bicho es feo, porque lo es, más feo que un catálogo de mocos, pero tiene utilidades y, además, las autoridades están con él.
7.9.07
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1 comentario:
Buen artículo...con guasa incluida...a mi me entra un bicho de esos por la ventana y se convierte en ratita de alcantarilla...
es que soy muy poco ecologista...
Saludos
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