4.6.07

El señor euribor

El euribor es un señor muy trajeado y con cara de mala follá que con frecuencia llama a la puerta de los hipotecados hasta las trancas para darles los buenos días y, seguidamente, poner la mano, cobrar y largarse haciéndoles burlas y pegando alaridos de satisfacción. El señor euribor acostumbra a visitar los domicilios hipotecados cuando sabe que va a pillar sola a la Conchi, quien se lo contará lloriqueando a su José Carlos cuando llegue del trabajo a las tres y ya no habrá dios que se coma los fideos guisados con un mínimo de sosiego, venga cucharazos y venga blasfemias. El señor euribor, de vez en cuando, visita también los parques y los botellódromos para informar a los jóvenes de lo jodidos que estarán cuando les dé por pensar en su pisico, al que tendrán que meterle en la boca la mitad del sueldo todos los meses, eso si consiguen un trabajo a cuya remuneración se le pueda llamar sueldo, porque aquí no sé quién leches ha puesto de moda lo de la generación mileurista: ojalá. El señor euribor, más que un señor, es un dios al que hay que consagrarse de por vida, como un benedictino, y rezarle a diario para que reparta su bondad y no las plagas que acostumbra y con las que disfruta.

1 comentario:

El antifaz dijo...

El señor Euribor es un pesetero (término obsoleto) del copón que llena las arcas de los que ya las tienen llenas, y vacía los barrios donde el pan de un día pa otro se come bien. El hijo puta.
Un abrazo.