Me pondría chinche y un poco ortodoxo por colar flashes mareantes y música discotequera en la Bernarda Alba de “In Vitro Teatro”, el miércoles en el Aula Magna, si no fuera porque, en general, el trabajo de los actores fue muy bueno. Ese Josele Duro haciendo de la abuela loca estuvo grande. Y me pondría cañero con el director de la compañía, José Luis Fernández —aunque me parece que eso es lo que al muy tuno le gustaría— si no fuera porque, en particular, el papel de Poncia lo bordó magistralmente una mujer a la que todos le sospechábamos tablas y luego resultó que era la primera vez que se subía a un escenario: Pepa Muro, grandísima actriz primeriza, más Poncia que la Poncia que vio Federico en sus poncismos y que tantas buenas cómicas han gozado dándole vida en esa sobrecogedora obra de vaginas y lutos. Enhorabuena, Pepa. No me resisto a añadir que ha nacido una estrella, qué coño. De pronto descubres que hay buenas actrices por ahí guardadas mientras cuatro zombis que recitan de leído y a los que les pesan las manos dan la tabarra sin pedir permiso. Al teatro ya lo único que le puedes pedir es que te haga pasar un buen rato, y con la Bernarda del otro día lo consiguieron.
23.4.07
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3 comentarios:
Pues eso ya es mucho, Jesús. Un saludo.
Muy bien, pero yo sólo quiero que me publiques este mensaje para ver si sale mi fotico que estoy probando.
Y a tí la Pepa Muro te ha gustao porque está buena, que nos nos engañas.
Saludos, Raquel. Y tú, El Juan, deberías ir más al teatro...
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