El artículo de Adana de ayer

Me pregunto qué diantre será lo que, según su artículo de ayer, no quiere decir mi vecino Manuel Ruiz de Adana que comparte con las élites políticas y empresariales cuando va a Madrid, además de “noches de trabajo, comidas, tertulias y alcohol”. No hago más que darle vueltas y es que no caigo. ¿Qué más puede compartir uno con las élites políticas y empresariales madrileñas? ¿Greguerías? ¿Plantillas de los zapatos? ¿Suspiros? ¿Un chupachups? No seré yo quien corrija a mi discípulo (él me llama “maestro” en los saraos, así que…), pero sí me voy a permitir afearle públicamente ese “y no diré más” de ayer, porque lo que no se puede hacer es ponerle al lector la papa frita en los labios para retirársela luego y de esa manera. No hay derecho. O llegas al final o no empieces, leche, sobre todo si tenemos en cuenta que, con toda seguridad, lo que Adana se calla no es deshonroso, puesto que habla de élites, no de gentuza de esa que se mete coca y, no contenta, después se va de putas. Mal camino llevamos, amigo Manuel, si escribimos para desinformar. O lo que es peor: para desorientar. Así que, venga, cuéntanos en tu próxima “Diana” qué más compartes con esos señores. ¿O nos vas a dejar así?