¿Recuerdas que me debes una?

No creo que lo que ha hecho TVE con José María García en el programa de Jesús Quintero sea censura, al menos no censura a secas. A mi entender, se trata de algo peor: de censura por amiguismo. O algún favor devuelto. Quiero decir, teléfono: “Hola, nene, qué pasa, cómo estás, mira que te diga, que me he enterado que vais a emitir una entrevista a García, ¿no?, bueno, pues hazme el favor de no ponerla, que estoy de ese tío hasta los huevos, me la debes, ¿el Loco?, al Loco que le den, eso es, de acuerdo, un abrazo, hasta luego, a ver si un día de estos comemos juntos, hijo, que ya no te juntas con los pobres, ¿y tu señora?, yo me alegro, ¿se te arregló aquello?, estupendo, oye, te dejo, chao, chao”. Sepa dios lo que se cuece entre esos tipos de arriba, ésos que para discutir cualquier chominá se gastan un pastón en un restaurante de postín, en vez de irse a una tasca a echar unos chatos y unos boquerones en vinagre. Sepa dios la sobaera político-periodística que se traen los tocados por la varita del poder en la sombra que se convierten en la mano porretona y porretaza de los que son iluminados por los focos y deslumbrados por los flases. Sepa dios qué precios y cómo se tasan las venganzas.