Ay, alcalde, ay, ay, ay, ay, ay, ay...

Según el alcalde, la culpa del premio “Para la Libertad” la tienen los vecinos jaenitas, quienes hemos manifestado “inquietudes” por que se lo dieran a Pedro J. Ramírez. Claro, claro. Acabarábamos. Por eso últimamente veníamos oyendo a la gente en el autobús, en el mercado y hasta en Los Jardinillos decir que al director del diario “El Mundo” había que traerlo y premiarlo y que eso ya no podía demorarse más, que a ver a qué estaba esperando el Ayuntamiento para homenajear a ese señor y que como la cosa se siguiera retrasando iban a organizar una protesta de agárrate y no te menees. Así durante meses y meses. La leche que me dieron, qué rica era. A este alcalde las mentiras empiezan a sangrarle, con pus y con alegría. Mentiras, sí. Las coge al vuelo y las suelta para ir saliendo del paso, porque supongo que en realidad a él se la suda el premio, sea para quien sea, mientras no le den mucho la lata. Tenemos un alcalde autómata, impasible, soso y pachorrón que se autoprograma sobre la marcha y, según venga el pez, así lo escama. Y no sabe que aquí, en esta ciudad tan lagártica y facha, a quien la gente le hubiera gustado premiar es al Losantos y no al Ramírez, que es un blando.

Las Cajas, genios del humor

Uno les está muy agradecido a las cajas de ahorros en las que guarda sus millones y sus cosas. De vez en cuando les escribo para hacérselo saber: que les estoy muy agradecido porque, periódicamente, me hacen pasar muy buenos ratos, de mucha risa y mayor divertimento, y eso en los tiempos que corren es impagable, lo que pasa es que no me responden ni me dicen nada, supongo que por humildad, porque no se quieren reconocer como los genios del humor que son. Y es que no hay nada más chistoso, más hilarante, más descojonador que ese par de recaditos que te encuentras en la cartilla cada cierto tiempo. Comisión mantenimiento: 6,00 euros. Intereses: 0,07 euros. ¿Es o no es para escachifollarse el bazo y la próstata de risa? Y jajá y jajá y jajá y jajá... Y no se ha terminado uno de secar las lágrimas producidas por la panzá de reír cuando ve en los periódicos los beneficios que tal y tal caja de ahorros han obtenido en un año, ahí, con chulería y ostentación, porrá de euros a repartir mientras el ahorrador que les ha elegido a ellos para confiarles sus cientos de miles de billetes de cien ya tiene el vientre suelto, la baba cayéndosele y los ojos glaucos de tanta carcajada. Y jajá.

Bonito y falso y bien dicho

En uno de los articulillos que le escriben al alcalde jaeninchi en la web del Ayuntamiento jaenota, en el del día 26 de junio, titulado “Tres fructíferos años de gestión”, toma ya, sobra morro y falta un “no”, a ver si atendemos más y repasamos los textos, que a falta de ese “no” ponen a la ciudad de Jaén de conformista, cosa que es cierta, siempre ha sido cierta, pero se supone que eso una entidad municipal y menos un alcalde no debe decirlo, jolín. La frase, para facilitarle la enmienda al gabinete de prensa, es: “Y el Ayuntamiento sabe también que Jaén es una ciudad conformista, sino ilusionada con el futuro y, por lo tanto, dispuesta a crecer aún más”. Pongan ustedes un “no” entre “Jaén” y “es” y verán qué bien queda la cosa, qué bonita y falsa y bien dicha la mentira. Lo digo más que nada por el visitante en red que quiera enterarse de nuestras cosas, no le vayamos a quitar las ganas de darse un garbeo por aquí. “Huy, Jaén es conformista, mejor no voy, sigo para Graná”. Ahora, dentro de un rato, voy a mirar la web a ver si lo habéis corregido, y como me encuentre con que no, sufriré y pensaré que en el Ayuntamiento no me lee nadie o se pasan por la cojona mis consejos.

(Nota: el error fue diligentemente enmendado.)

No todos los nazis de Jaén

No todos los nazis de Jaén llevan la cabeza rapada: muchos la llevan muy peinaíca. No todos los nazis de Jaén se tatúan esvásticas en el pellejo: lo más que se atreven a lucir son lunares adquiridos o innatos, como la gente normal y corriente. No todos los nazis de Jaén visten bomber y botacas ni todos muestran la banderita del águila en el polo rojigualda, no: la mayoría prefieren los castellanos de toda la vida, el pantalón de pinzas a raya, la camisa listada e impecable... Pero sobre todo no todos los nazis de Jaén pertenecen a clases obreras, aunque fenómenos extraños se dan en todas las clases (¿habrá cosa más tontaina que un obrero ultraderechista?): la mayoría son tan tópicos que el apellido de sus familias suena mucho y muy bien y sus profesiones son las que de por sí otorgan el don no sólo a ellos, también a sus padres, esposas, esposos, hermanos e incluso primos. También hay mujeres nazis en Jaén y algunas incluso están muy buenas, no se lo pierdan, y además son un braguetazo de no te menees. Yo no sé quiénes han sido los que han vuelto a atacar la sede de Izquierda Unida, pero no deberíamos buscar siempre entre los mismos, o al menos no como cabezas pensantes. Hay otros.

La estatua de don Andrés

Ahora que ya su pedestal se ha amalgamado con el suelo y que el conjunto entero empieza a tomar el color de la intemperie, es de hora de meterse a fondo con la estatua de Andrés de Vandelvira, que ya le tenía uno ganas, lo que pasa es que me daba lacha estando aún tan insegura y novedosa, tan pipiola. Vamos para allá, pues. La estatua de Andrés de Vandelvira la han puesto en el mismo culo de la Catedral, su obra, y encima con el careto vuelto, lo que podría significar dos cosas: una, que al arquitecto le parece en realidad una mamarrachada y no la quiere ni ver de la sofocación que le entra; y dos, que, como está en su culo, al templo se le ha ido un cuesquillo de secula seculorum y no veas tú la tufará que tiene que estar soportando ese hombre, allí tan indefenso y tan tieso. Se ha dicho igualmente que don Andrés mira el reloj de la Diputación y vigila las entradas y salidas de los funcionarios, pero esa teoría se cae sola si tenemos en cuenta que a los funcionarios de la Diputación no los amedrenta ni la mirada de un artista universal, menudos son ellos y menudo el rejo que gastan. ¿Tan disparatado hubiera sido colocarla en la Plaza Santa María y con la cabeza derecha?

Seguimos con las caridades

Jaén va a ser —lo está siendo ya— mundialmente conocida y reconocida, claro que sí, por supuesto, faltaría más. Gracias a que ahora el aeropuerto de Granada lleva también el nombre de Jaén, no habrá rincón en los cinco continentes donde digas “Jaén” y respondan todos al unísono: “Ah, sí, Jaén, esa provincia que está al lado de la Alhambra de Granada, del Generalife, de Sierra Nevada, de sus agradables costas y de las preciosas Alpujarras, del Mulhacén, de los piononos, del Albaicín y del Sacromonte, y de Fuentevaqueros, que es donde nació el gran poeta Federico García Lorca, cuyo nombre ha adoptado el aeropuerto de Granada y de..., ¿cómo era?, ah, sí, Jaén, eso, Jaén, qué bonita, qué bonita provincia la de Jaén, la del aceite italiano...”. Mientras sigamos conformándonos con migajas, tenemos lo que merecemos. Porque, a ver, en serio, ¿alguien se cree de verdad que lo de la nueva denominación del aeropuerto granadino va a ser la repera y la releche de bueno para esta provincia asfixiada de caridades? Eso y lo del trenecito es lo que sabe hacer la ministra de Fomento por Jaén. Y nosotros tan contentos, ¡que vivan los socialistas, que se desviven por El Ronquío! Jó qué cruz.

Alcalde, a ver, ¿vas o no vas?

Cuchi el alcalde, el Miguel Sánchez de Heineken, digo, la importancia que se da, que no responde más que “sin comentarios” cuando se le pregunta por su candidatura a la Alcaldía jaenoncha, el tío reservas. Esos qué son, ¿los secretitos de la señorita Pepis? Pues a ver si comentamos más, nene, que aquí queremos saber ya a quién nos va a poner la derechaca pepúa para que no lo votemos, chinche-relinche y escarmiente. Aunque, bueno, a lo mejor el hombre es verdad que no tiene ni idea de si va o no va para alcalde otra vez, lo mismo me lo están mareando y son los Arenas sevillanos los que “no comment” ni dejan comer. “Javier, hombre, por dios, ¿qué pasa de lo mío?”, me imagino preguntando al alcalde por teléfono. Y el otro: “Tú qué me estás, ¿acosando? ¿Me estás agobiando o qué? Pues coges y te me esperas, que todavía no sabemos lo que hacer contigo, Niño las Obras, que eso es lo que eres tú, el Niño las Obras”. Y el Miguel: “Bueno, bueno, dispensa, tampoco es para ponerse así, qué carácter, cuando lo sepas ya me llamas si eso...”. Porque lo que se tienen que hacer sufrir entre ellos, dentro del mismo partido, de cualquiera, no te lo quiero ni contar. Mira tú IU, qué lástima.

Como si tronara un petardazo

Pues yo creo que si el cincuenta por ciento de un pueblo no se acerca a las urnas como le mandan sus democráticos papás, significa que a la mitad de ese pueblo se la refanfinfla poderosamente el Estatut, el Estatuto y la señora que, berreando y haciendo crochet, los parió a los dos, cosa que habría que tener muy en cuenta, no ya por los estatutos en sí, que son una chominá, sino porque, además, el importante absentismo electoral viene a indicarnos también hasta qué punto nos tienen hastiados los políticos con sus tejemanejes partidistas y sus preocupaciones de cara a muchas galerías, menos a la del ciudadano. ¿Tú me comprendes lo que te quiero decir? ¿Llevo o no llevo razón? ¿Es o no es? ¡Hombre, pues claro! Lo que pasa es que esto no lo va a decir ningún dirigente o partido político, para quienes, oye, yo no sé qué tendrán las urnas que de una manera u otra siempre se comportan a favor de sus intereses. Cuando el pueblo habla, el político se tapa las orejas y se encoge entero, como si fuera a tronar un petardazo, igual que cuando calla, que también dice mucho. A ver si aquí en Andalucía ha habido huevos de convocar un referendo, con lo divinas que están las playas ahora.

¿La vais a dejar solica?

Qué pasará en la Cofradía de la Virgen de la Capilla para que nadie quiera ser su presidente, con lo boniquilla que es esa virgen y el cariño tan grandísimo que se le tiene en Jaén y lo milagrosa que se porta y todo lo que ha de vestir ser el mandamás de una cosa tan grande y de tanto arraigo fervoroso y popular, dios mío de mi vida y de mi corazón, qué pasará, qué, qué. Que es la Patrona, redié, que es la reina del Santo Reino, la Alcaldesa de Honor jaenaca, ¿la vais a dejar solica, desagradecidos, impíos? ¿La vais a dejar sin nadie que le gobierne los destinos para gloria y honor de la santísima tradición? Muchos vivas y mucha flor y mucho aplauso y mucha medallica y mucho cabrearse porque algunos no sintamos ni una chispitilla de idolatría por ella..., pero a la hora de apechugar con la responsabilidad, nadie se pringa. ¿Eso está bonito? Nos defraudáis, jaenistas. Y al mismo tiempo nos desconcertáis, porque la verdad es que es raro que un puesto de tanto boato no lo quiera nadie. Eso da un poco de susto, ya que uno no puede evitar sus malos pensamientos al respecto de las condiciones tan inhóspitas en que tiene que andar la Cofradía. ¿Es que no os queréis como hermanos?

Jaén necesita leotardos

Ando tristón. Y desilusionado, también ando desilusionado, sí. Porque, con todo este follón tan interesante que se está dando en la Izquierda Unida jaenaca (que ya era hora de que sacaran los pies del plato, coñi, que parecían los empollones de la clase), me parece a mí que ya se le acabó la candidatura tantas veces frustrada a mi musa, la María Dolores Nieto, cuyos leotardos verdes o granates o de filigranilla jipilona es cierto que iba a ser muy difícil verlos en contacto con la piel buena (me imagino que es piel buena) del sillón del alcalde, pero más difícil va a ser si no encabeza la lista electoral de las municipales el año que viene. Así, imposible. Ahora sale el Cabrero y dice que el alcaldable idóneo es el José Luis Cano. Pues no, Cabrero, no, tú te equivocas, ¿sabes? Y mira que aprecio yo al Cano (al José Luis, no se me confundan), pero soy incapaz de imaginármelo con leotardos y faldita vaquera. Que no me lo hago, vamos. La ciudad de Jaén, entérense de una vez los analistas insulsos y pestiños, necesita, primero, una alcaldesa y, segundo, una alcaldesa con leotardos. Si no, con tantos pantalonacos, estamos perdidos. Si a la Peñalver le diera por cambiar de look...

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y veréis qué bien.

Teología para recapacitar

Hoy, viernes, para acabar las cinco duras jornadas de escritura y filosofía intensivas y antes de retirarnos a descansar en la intimidad recatada de nuestros hogares, que albergan el tesoro impagable que es el disfrute del amor de nuestras familias, me gustaría mantener otra de mis animadas charlas con los lectores católicos que, delicada y fielmente, se asoman a este recuadro de cultura y esperanza con la timidez del cervatillo y la curiosidad inquieta de la ardillita coli-coli, y en el que siempre serán bien recibidos. Viene esto a que, no hace muchas fechas, absorto este columnista en descifrar los secretos del Universo, planteósele de golpe y repente la siguiente cuestión teológica, la cual, sin más tardar, traslado al análisis del lector, por si tuviera respuesta. La cosa va de condones y de dios. Porque, a ver: si los hijos vienen al mundo porque dios lo quiere y no vienen al mundo porque dios no lo quiere, de nada o muy poco ha de servir el látex anticonceptivo que tanto irrita a la Iglesia y con tanto énfasis condena. Es como lo de Jabalcuz, que si tiene montera, llueve quiera dios o no quiera. ¿O va a ser una gomilla más poderosa que la voluntad del altísimo? Ahí os lo dejo, amigos.

Choteos, ni uno, ¿eh?

La Junta advierte de que no tolerará que se ridiculice el nuevo Estatuto de Andalucía. ¡Ay, qué miedo! Mira cómo tiemblo, mira cómo tiemblo. Que me escagarrucio y tó, oye. O sea que esto quiere decir que uno no puede opinar públicamente que lo de la “realidad nacional”, con la que tantísimo nos han dado la brasa y nos han mareado hasta la basca, es una soplapollez como tantas de las que salen de todos los parlamentos del mundo: palabrería barata para conformar y que parezca que todo va a cambiar a mejor y que los gobernantes se preocupan y desvelan por el pueblo que los ha puesto en el sueldo y en el coche oficial. Pues lo digo, pese a lo activista mediático que soy del PSOE, y lo repito: el trajín por las reformas del Estatuto ha sido y es un cachondeo, en esto lleva razón Rajoy, el hombre. Ahora qué me van a hacer, ¿detenerme? ¿Dificultarme papeleos? ¿No saludarme en los saraos? Anda un poco dictarorialilla la Junta de Andazarrías últimamente, va a ir teniendo que cuidarse un poquito, tantos años gobernando no trae nada bueno. Ahora van de andalucistas, cucha tú. Y el ciudadano, agradecido, claro, abrazando su Estatuto como un tesoro. ¿Verdad? Sóplame este ojo, Perojo.

Pedro J. Ramírez

Ayer, el director del diario “El Mundo”, Pedro J. Ramírez, recientemente premiado “Para la Libertad” por el Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Jaén, ensalzó la figura de Francisco Franco en el programa que Federico Jiménez Losantos dirige y perpetra en la radio de la Conferencia Episcopal, la Cope. A cuenta de que el ministro de Defensa ha dicho de quitar la estatua que del Caudillo hay en la Academia Militar de Zaragoza, el director del rotativo propuso que se supriman también todas las imágenes que existen del Rey y del Príncipe tomadas antes de 1978, o sea las pre constitucionales. Y que Franco fue director de esa Academia y que Juan Carlos I fue el Jefe del Estado que Su Excelencia designó para continuar velando por los destino de España. Por mí que arramblen con todas, ¡abajo la monarquía!, pero al Pedro J. se le olvida que los de don Francisco arremetieron contra un Gobierno legalmente constituido y os jodieron la vida (yo era muy chiquitín cuando la diñó) durante cuarenta años de represión y misas diarias. De manera que, a ver, Nestarina Cristanes, ya le estás retirando el premio a ese tío y dejándote de chalaúras... Aunque, claro, tú más o menos piensas como él, ¿no?

¿También tú, IU, jamía?

Tócate la pera con lo que ha dicho el Manuel Pegalajar, coordinador provincial de IU. ¡Huy lo que ha dicho! Ha dicho que nada más que los militantes de la coalición rojeras tienen potestad para elegir a los candidatos a las alcaldías y que las primarias no forman parte de su “cultura”, frente a lo que pretende el coordinador local, el José Luis Cano, que es que sea el populacho el que vote al alcaldable jaenón y tira millas. De manera que ya tenemos crisis, brecha y conflictos internos en este partido que, hasta ahora, no rompía un plato, o al menos no nos enterábamos. Qué interesante. En mi nada modesta opinión (al contrario, muy influyente, mucho), el Pegalajar la caga, aunque sólo sea por aburrido y aguafiestas, porque lo que el Cano propone es nuevo y así como más codo con codo con la bendita calle, mientras que el otro se queda en el polvazo de los estatutos y en lo tieso del dedo que señala, ¿será conservador el tío? Ah, y eso de, además, acusar en público al José Luis y a mi musa la Nieto de roñicas, de no abonar la contribución al partido, está muy feo y demuestra las ganas de airear caca que tienen. A ver si os va a hacer falta un Zarrías para poner orden a la voz de ya.

El Bienestar de la Simona

A mí lo que me gustaría saber es por qué la Simona Villar se niega a recibir a los del “Queda la Palabra” y a la madre que le han quitado los hijos por “ser pobre”, según el Jesús Hidalgo. Al margen de quién lleve la razón, al margen de que la medida adoptada por la Junta con respecto a estos menores sea la más acertada o no, la más apropiada o no, la más oportuna o no (ahí no me mojo), lo que peor huele de todo este asunto es que una delegada de Bienestar Social asalariada con dinero público se permita la soberbia de no querer intercambiar una palabra con la gente pacífica y dialogante que sé que es la de este colectivo. Ya sé que los enchaquetados y la gente de bien hacen más bonito el despacho, mientras que los greñúos que se manifiestan y te lían huelgas de hambre afean mucho las maderas y tapicerías y además preguntan cosas comprometidas e incómodas; pero es que tú, Simona, estás para eso, además de para tus labores propias de inaugurar centros. Y tampoco sé hasta qué punto el presidente de la Junta de Andalucía tiene derecho a ordenarle a nadie que baje una pancarta.

Lencería buena para la Peñalver

Es como si la Junta de Andazarrías le hubiese hecho un gran regalo de candidatura alcaldina a la ya primera dama del sociateo jaenita, la Carmen Peñalver, ¿a que sí, a que tengo más razón que ná? En vez de flores caras, un Mp3 de última generación o una agenda de cuero con los filillos de oro, la Junta la ha obsequiado con un argumento infalible que esgrimir antes y durante la campaña de las municipales; algo muy fuerte y muy duro a lo que agarrarse en cualquier situación de enfrentamiento político y recolección de votos: el abono del noventa por ciento del coste para la rehabilitación de viviendas en Las Protegidas, Peñamefécit, La Glorieta, La Alcantarilla y San Felipe. Toma castaña, eso es un presente y lo demás son cipotás. A eso le llamo yo regalar cosas prácticas, como cuando viene tu madre y te trae calzoncillos por tu santo, qué bombones ni qué colonias ni qué nada. La Carmen Peñalver (a la que yo no sé por qué llaman Puri) dispondrá en este caso de su docena y media de lencería buena para quitar al PP de la Alcaldía, si es que de verdad quiere quitarlo alguien en esta ciudad. El anuncio es tan populista como astuto, de los que no fallan. Siempre que se cumpla, claro.

Los que acabaron con ETA

Rajoy ya no se junta con Zapatero. “Mariano, ¿te sales?”, le pregunta José Luis. Y Mariano: “No, contigo no, vete con tu Batasunica, ¿no sois tan amiguitos?”. Entonces el presidente se aleja haciendo pucheros, porque así no hay quien pacifique España, y Rajoy se queda todo estirado y muy digno, como si con Batasunica no se hubiera juntado más de uno en busca de conveniencias. Ellos mismos, con Aznar, en el 98, fueron a ver si los nacionalistas radicales, con un poco de suerte y de negociación, los perpetuaban en el Gobierno como los que lograron el fin de ETA. No lo consiguieron y ahora no quieren que lo consigan los socialistas. Esa es la política de la derecha española: tenebrosa, marmórea, mala. A riesgo de recibir otro anónimo (“Hijo de puta. Cabrón”) escrito con caligrafía temblona en la fotocopia de una columna mía, repito lo que en aquel artículo motivó los piropos: el PP no quiere el fin de la banda terrorista. No lo quiere ahora, con los zetaperos mandando, y por eso se busca rabietas y ofensas para no colaborar y que se escachifolle el andamiaje de la operación. Y aquí todos sabemos que, ilegalizada o no, sin Batasuna por medio no hay paz ni papa dónde me llevas.

¿Usted sabe qué es Geolit?

Estaría bien que alguien saliera a la calle a preguntarle al jaenita qué es Geolit, para qué sirve Geolit y en qué nos viene bien Geolit. Me parece que el resultado de la encuesta sería un castizo “ni repajolera idea” más que el del consabido “no sabe, no contesta”. Nos metemos en su página web y comprobamos que allí tienen sus propias encuestas. Dice la pregunta, a la que han respondido 31 almas: “¿Qué beneficios aporta la integración en RETA de Geolit para las empresas jiennenses?”. Pinchamos en “Encuestas anteriores”, por ver si hay alguna otra cuestión menos coñazo, pero sale que “Actualmente no hay ninguna encuesta anterior”. ¿Entonces para qué leche ponen “Encuestas anteriores”, estamos chalaos o qué? Geolit, o sea el Parque Tecnológico y Científico del Olivar, es una capullada como tantas que se hacen alrededor de la pringacha política. De esas capulladas que hablan mucho de favorecer, potenciar, optimizar, fomentar... y que al final se quedan en un reparto de cargos y en un aparentar que se hace algo con el olivar desde las instituciones y para el exterior, cuando en realidad la cosa va como siempre: desde las instituciones para los políticos y sus costosas medallas.

El Anticristo se raja

Es verdad que hoy le tocaba nacer al Anticristo. El día sexto del sexto mes del sexto año del corriente milenio. “¡Aquí está la sabiduría! —clama el 13-18 del Apocalipsis—. Que el inteligente calcule el número de la Bestia, pues es el número de un hombre. Su número es 666”. Estaba planeado y preparado desde hace, quién sabe, quizá miles de millones de años, o por ahí, lo que pasa es que a última hora se conoce que el Anticristo se ha acojonado y no piensa venir a un mundo en el que las religiones andan más oscuras, más sangrientas y más despiadadas que él y que toda la aviesa intención que traía para la Tierra. O sea, que tranquilos: el Anticristo se raja por consejo paterno. No está la existencia humana para venirle con tonterías ni el Mal dispuesto a que lo maltraten sin consideración alguna en cuanto ponga un pie en la civilización. Además ya tenemos a Zapatero y a la Junta de Andazarrías casando homosexuales y quitando crucifijos de los colegios, por lo que, aparte del cague tan impresionante que tienen en el Averno ante la perspectiva de mandarnos a una criatura perversamente inocentona, allí son muy protagonistones y no les hace ni chispa de gracia que se les adelanten. ¿Es o no es?

Estáis resquebrajando Jaén

Negad si tenéis pepones que la sensación del ciudadano al respecto de las obras municipales ya no puede ser otra que la compuesta por, a saber: inseguridad, torpeza, apresuramiento, improvisación, chapuza, manos rotas, caos, mamarrachada y grietas, grietas, grietas, grietas... Puedo seguir, ¿eh?: grietas, grietas, grietas... ¿A que duele? Grietas, grietas, grietas... ¿A que os da sofocación y queréis que deje de escribir grietas, grietas, grietas...? Pues no me da la gana: grietas, grietas, grietas... Eso para que vayáis chinchando y se os caiga la cara de vergüenza, que con un poco de suerte, si se os cae en la calle, a lo mejor se os cuela en una grieta, grieta, grieta y hacemos el escarnio completo. Y tú, García Anguita, hombre, por dios y por la virgen, ¿cómo puedes decir que las nuevas grietas, grietas, grietas que han aparecido ahora te preocupan por la calzada y no por los pisos de Muñoz Grandes, estando sus propietarios tan razonablemente acojonados por lo que pueda pasar con la estructura de sus viviendas? Estáis resquebrajando Jaén, maldita sea, ¿no os dais cuenta? Ni IU, ni PP, ni PSOE: cuando lleguen las próximas elecciones vamos a tener que votar a un remendón.

Tanta poesía, tanta pamplina

Esta tarde vamos a asistir en la capital jaenoncha a un acto cultural verdaderamente asombroso, casi diría que sin precedentes, o al menos con unos precedentes muy lejanos: la presentación de un libro de narrativa. Narrativa, sí. Silabead conmigo: na-rra-ti-va. ¿Os acordáis de lo que es eso? O mejor dicho: ¿os acordáis de lo que es presentar eso? Porque, a ver, yo no sé usted, pero de presentaciones de libros de poesía y de lecturas poéticas y de teorías poetizantes está ya uno que se la tienta, la cosa se ha convertido en un pestiño de los de apretar la boca y negar enérgicamente con la cabeza, aquí das una patada y salen seiscientos poetas, seguramente vociferantes y de muy mala leche, claro, a nadie le gusta que le den coces para salir. Bueno, pues el de hoy es “Historias republicanas”, nos lo enseñan en el San Juan de Dios y escriben relatos 12 autores jaenotas, entre los que se encuentra uno de los tres mejores cuentistas del terruño, Alfonso Fernández Malo (los dos restantes son Joaquín Fabrellas y Jesús Tíscar). No he leído el libro y no puedo opinar, pero eso no es lo que ahora importa, sino el género literario en sí, que también existe. No tanta poesía ni tanta pamplina.

Monigotes y monigoteros

Nosotros somos el gran público de una larga representación de títeres consistente en que uno cobra por hablar diciendo que todo va bien, otro cobra por hablar diciendo que todo va mal y muchos otros cobran por aplaudir, por carraspear y hasta por echar sueñecitos y pasar del tema. Al que cobra por decir que todo va mal le gustaría que todo fuese bien, pero en realidad lo que le conviene es lo que dice: que no, que todo va mal y que los que afirman lo contrario son unos insensatos y están echando a perder el espectáculo entero y engañándonos a los espectadores. Qué graciosos títeres. Sobre todo son desternillantes cuando sacan la cachiporra y se lían, ¡toma, toma, malandrín, más que malandrín, cipotorro!, o cuando el títere que está de pie y hablando se pasa de tiempo y entonces el títere que hay detrás, sentado en alto, le dice que ya está bien y que se vaya a tomar por culo. Ahí te meas. Son unos títeres muy bien hechos, tan perfectos que pasan por titiriteros de sí mismos: ellos el monigote, ellos el monigotero. Y deciden por nosotros, que ni siquiera tenemos derecho a moverles un hilo o a borrarles la expresión de un brochazo, pese a que fuimos los que los pusimos en ese teatrillo.