La cárcel maldita

Anda que no va a tener capítulos ni ná el proyecto de Museo Internacional de Arte y Arturo Ibérico en la vieja trena jaenícola. Ahora toca el de que puede haber restos humanos en fosas comunes, según el criminólogo Sánchez Tostado —ese hombre que es como el “agatocristi” de Jaén, qué tío, da un poco de susto—, frente al capítulo de que es poco probable que existan tales esqueletos, según la delegada Company, quien la verdad es que con sus palabras nos agua un poco la fiesta, ¿qué que no?, puesto que misterios y barbaridades semejantes nunca le vienen mal al tedio propio y natural de la pequeña capital de provincia. ¿Apostamos? ¿Hacemos una porra, por macabrilla que resulte? Venga, a mojarse. ¿Qué te juegas? Yo digo que sí, que el Tostado no se equivoca, y ahí van diez euros. El criminólogo, además, apunta a que los huesos podrían pertenecer a “personalidades relevantes e influyentes” de la sociedad jiennense, con lo cual el enigma alcanza grados de interés y suspense que casi ni nos merecemos, porque no es lo mismo el esqueleto de un pelagatos que el de todo un pez gordo, con sus nombres, sus apellidos, sus títulos y sus pecados y virtudes. Ay, esa cárcel, que está maldita.