Aquel libro de Joaquín Fabrellas

Hace dos años, cualquiera de las pocas ratas cobardes que se esconden en las muy cultas y apestosas madrigueras de la literatura jaenoncha intentaron joderle la vida al poeta Joaquín Fabrellas. Un día antes del fallo del premio “Gabriel Celaya” de Torredonjimeno, desde una carta al director del periódico “Ideal”, firmada sin duda por un hombre de paja, le acusaban de ganador mediante apaño, cosa que finalmente no sucedió. El jurado de aquella edición se calló como lo que suele ser todo jurado, una furcia, y Fabrellas siguió presentando su libro a premios algo más alejados de la excrecencia autóctona, de los dominios guardeses de la cortijada bastorrona, del espanto. Pues bien, a lo mejor no hacía falta esta introducción para contarles que “Animal de humo”, ganador del II Premio de Poesía Joven “La manzana poética”, editado por Litopress, de Córdoba, ya está en la librería Metrópolis de Jaén, a seis euros la pieza, pero es que me gusta remover la caca, no lo puedo remediar, soy muy cochino y además estoy convencido de que a esta ciudad lagártica y pinchaperras lo que peor le sienta en el mundo es el olvido con el que eternamente pretende curarse del sarnazo que algunos le insuflan.