10.2.06
Mejor no buscarle adjetivo
Hay un catálogo sentimental de maneras de morir: bonitas, indecorosas, tiernas, absurdas, raras, cómodas, pacíficas, dramáticas, reconfortantes, heroicas, injustas, desapercibidas, inesperadas, deseadas, aullantes... y muchas más. A Manuel se lo han encontrado sentado y muerto en un banco del Gran Eje y yo no sé qué muerte es ésa, tal vez sea mejor no buscarle adjetivo, que implicaría moralina. Me lo cruzaba a menudo, pero en los últimos años el hombre ya no mascullaba a mi paso que le devolviera las mil pesetas que le debía; no sé de dónde sacó esa deuda, yo jamás hablé con él, pero el caso es que mi presencia y sus mil pesetas de menos estaban para él estrechamente relacionadas. Sus vecinos de la calle peñamefecitera de Bilbao vivían acojonados, y con razón, por las lumbres que Manuel armaba para calentarse en su piso atiborrado de basuras: síndrome de Diógenes, enfermedad de las ciudades y sus miserias. Pero hasta que no ardiera el bloque entero parece ser que las autoridades no podían hacer nada. Ahora todo está solucionado, Manuel ha muerto sentado en la calle. Ni siquiera era un “personaje” famoso de este Jaén lagártico y sucio que tanto ama a sus mendigos históricos.
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