21.1.10

El lanrover

Es que no lo puedo remediar, no hay manera de quitarme del cogote esta visión tan doméstica que tengo de los grandes acontecimientos de la sociedad jaenoncha, me los imagino madrugadores, con esa cara de ajo cocido y huevo duro que se nos pone a todos cuando estamos recién levantados, acarreando talegas y cestos y bolsas del Mercadona llenos de folletos y botellines de aceite, cargándolos en un lanrover provincial, en el lanrover provincial ese que nos lleva a todas partes, nerviosos, contentos, malhumorados, orinándose, llamando a fulanico a ver por qué no está ya allí, ¿a que se enreó anoche?, este es capaz de haberse enreao anoche, lo que yo te diga a ti, cuidando de que no se les olvide nada, siempre se olvida algo, las señoras con sus bolsos medio caídos en el brazo, ridículas, patunas, taconas en la calle todavía nochorra, ellos sujetándose las corbatas para que no les rocen con el piso pringoso del coche que cargan de chominás, alguien pregunta si desayunan en Jaén o paran por ahí a desayunar, ¿habrá abierto el Colón?, el Colón qué va a estar abierto, hombre, preocupados, ilusionados, listos para irse otra vez a Fitur, a ver qué tal este año, a ver cuánta gente se le acerca al puesto, a ver cómo se dan las ventas y a ver si se para el Rey a comerse un hoyo.

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