Ayer le pedí a la santa Catalina con todas mis fuerzas y la devoción de la que lamentablemente carezco que obrase el milagro de poner un plato de comida todos los días (a poder ser) en la mesa de la tristeza de todos los concejales y demás cargos inútiles del Ayuntamiento de Jaén, levántate brava. Santa Catalina es una santa muy guapa, está bastante buena, y como eso ya lo tiene resuelto es muy posible que realice los milagros con más diligencia que las santas y los santos menos agraciados. En el Ayuntamiento son pobres y sufren y además los de la prensa no dejamos de recordárselo, qué lata, y hasta nos ensañamos con ellos, pobreticos, tan indefensos y angelitos. La ciudadanía no debe permitir que nuestros políticos y allegados y lameculos pasen gazuza, necesidad, fatiguita. No es humano. Dicen que en los plenos se comen las ideas y que ni salsilla les echan, dicen que en los despachos no hay lápices sin mordisquear. No tienen dinero, no han sido capaces de reunirlo, de hacer política, de gobernar, que es para lo que los pusimos ahí, y los dedos se les vuelven huéspedes, no miran a nadie a la cara para que no les notemos los recientes llantos. Dormir duermen bien, eso sí: a cuatro patas y hasta con flatulencias expulsadas, correctamente expulsadas.
26.11.09
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