El cocido

Si usted y yo le debiéramos a Aqualia veinticuatro mil euros, haría años que nos tendríamos que duchar con sifón porque los grifos de su casa y de la mía estarían más secos que el copetín. El Real Jaén no, el Real Jaén le debe ese pastizal a Aqualia y no le cortan el agua. Ahora le van a embargar las cuentas a través de un juzgado, pero agua no les ha faltado en La Victoria. No gusta a nene eso, ¿eh?, no gusta a nene eso. Y que no me vengan con que el Real Jaén es una institución más chulérica y más importante que ná a la que quedaría feo dejarla sin agua, porque tanto usted como yo también somos una institución (quizá menos chulérica, vale) que necesita echar los garbanzos en algo para que se pongan blandos, a poder ser en agua, que con cocacola toma mal gusto el cocido y no hay quien se lo coma, eso te lo digo yo a ti desde ya. Esto es que es la leche, oiga: se le encebollan a uno dos o tres recibos y a la nada tienes al tío de la llave inglesa en el contador, riéndose a carcajadas, por supuesto, y comentándolo con los vecinos. ¿Por qué? Pues porque uno es un don nadie, pero el club futbolero ese de chichinabo que tenemos y que no da más que disgustos, ese no, ese debe seguir disponiendo del servicio pese a los 24.000 boniatos de deuda. No es justo, ¿eh?