13.1.09

50 euros

El ser humano es asesino por naturaleza y ojalá existiera Dios para reprocharle, todos los días, la ignominia que cometió creándolo, para darle el culo de la fe con saña y hacerlo sentir incómodo y ridículo, para renegar de su ocurrencia y expulsarlo del Cielo por haber descansado un día que pudo ser el de su arrepentimiento, reconocimiento de sus errores y borrón y cuenta nueva. Pero Dios no existe, menos mal. La fotografía Efe de la niña palestina comiendo pan y abrazada a una muñeca sanguinolenta es una metáfora muy sencilla, tampoco hay que ser una lumbrera para adivinarla: la metáfora de la soledad y el desamparo frente a todas las creencias protectoras, divinas y sobrenaturales. Aquí estamos solos desde el comienzo, cada vez más acompañados de asesinos. El mundo es un barreño de mierda con islitas de piedra pómez y sobre una de esas islitas está la niña palestina comiendo pan y cargando con su muñeca ensangrentada. Casi nunca la fotografían. La grandeza del ser humano es proporcional a su capacidad de reprimirse para no arrancarle la cabeza a otro. Lo de Israel y Gaza es una competición para el mundo, un espectáculo de lucha libre por el que ya se producen apuestas. 50 euros a que a la niña le quitan el pan de un tiro.

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