10.12.08

Del grito

Habrá que confiar, habrá que ser feliz, habrá que cederle el asiento en el autobús a las viejecitas y reñirle con amor a los nenes por bajar las escaleras atropelladamente, habrá que hacerse un alma, un buen nombre, un cuerpo con el que utilizar el sudario, habrá que creer en Dios y demostrarlo todos los domingos, no hay salida, no hay alternativa, habrá que abominar de la pornografía y depositar el semen entre un colchón y un vientre de mujer sagrados, beber con moderación, educar a los hijos, no orinar en la calle, habrá que ir bien afeitado y con los zapatos limpios, que no se te olvide nunca felicitar a tu madre por su cumpleaños, que no te acuerdes jamás de los placeres del grito, de la voluptuosidad de la ira, habrá que llevar el pendón todas las Semanas Santas y viajar siempre por agencia, conducir al barbero a un pobre, eructar poniendo la mano en la boca, ser consecuente con el gasto doméstico, ir al médico por un piojo en el culo, salir al campo los días que hace bueno y recogerse temprano, madrugar, habrá que jugar a vivir con las normas e instrucciones bien claras, habrá que ser fiel de obra y pensamiento y no hacer mucho ruido cagando, condenar a los sapos, bendecir a las golondrinas, evitar males mayores. Habrá que morirse de asco.

1 comentario:

Miranda dijo...

No fastidies!!!

Que me bajo.

M.

(y eso que algunas cosas relacionadas con una cierta compostura, molan...lo del regueldo, p.e., lo de no orinar en la rúe, te ha faltado no escupir, sí, eso sí que me mata, oigo a uno haciendo corroj carraj...y soy capaz de salir corriendo o cruzar la calle a lo chucho loco, que ajco!)