17.11.08

Me doy o no

Arrancada la segunda quincena de noviembre, bonito mes esquelético, a las gentes de bien comienza a preocuparnos el dilema de todos los años por estas fechas, al margen de la crisis, de los avances científicos, de los botijos de invierno y de las propias dudas existenciales, ésas que son como avispas danzando alrededor de los desperdicios de una langostinada que se han comido cuatro gordacos y una ninfa mandilona y repipi. El dilema es: ¿y este año, me doy a la Navidad y me dejo de gaitas o no me doy a la Navidad y no me dejo de gaitas? Porque lo que está claro es que, en Navidad, no hay más que dos opciones: una, vestirte tú y vestir la lámpara de la salita con espumillón, por lo cual ya es chominá no entregarse del todo a lo entrañable y decir Pamplona tras morder un polvorón; y dos, seguir con la ropa de siempre y mantener la lámpara de la salita igual de pelada, o sea hacerse el distinguido por soseras y por rancio y por concienciado con el drama de la Humanidad, ese coñazo, y con los sentimientos caducos que nos vuelven a todos bondadosos o quizá menos hijoputillas. Pues bien, que decidan las pilas que les dejamos puestas al Papá Noel muñecote: si al pulsar pita y se mueve, no hay duda, me doy al villancico; y si no, me hago objetor de hojaldrinas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y ud si puede insultar a la gente y a las personas diciendoles hijos de putas y nosotros no a usd?