Pero vamos a ver, nene, si la cosa está muy clara, no debería haber más polémica ni más dudas ni más análisis. Constitucionalmente, España es un país laico, o aconfesional, o como leches quieras llamarle, de manera que en ningún centro público debe lucir un crucifijo, ni un Buda, ni un Osiris, ni un Ricky Martin, ni un Thor, ni un Ñequepeñeque… Por no lucir, no debería lucir ni siquiera un churrete con forma caprichosa de santón bicéfalo tocando las maracas y chupándose un pie con manifiesto regocijo (aunque, personalmente, yo dejaría ese churrete). Y punto pelota. Es lo que hay. Y si lo que hay no le gusta a algunos, pues que carguen contra la Constitución para ver si se reforma eso que tan mosca les pone, pero mientras tanto vamos a dejar los aparatos de tortura en los sótanos de los colegios públicos. O eso o llenamos las aulas de dioses hasta el punto de que parezcan tiendas de chinos. España es también un país que no contempla en el seno de su Estado la devoción generalizada por las garduñas desolladas y colgadas de las patas, ¿verdad? Claro, pues por eso en las aulas no hay garduñas desolladas y colgadas por las patas, porque la Constitución es muy clara respecto a las garduñas, tan clara que ni las mienta. Me parece.
26.11.08
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