10.4.08

Ponzoña

Si un día todas las vacas del mundo se pusieran a mugir al ritmo del Chikichiki y los cerdos no pudieran parar de vomitar a causa de su propia peste porcina y las ovejas se masticaran la lengua azul tan ricamente y los pollos perdieran el pico de tanto estornudar por la gripe, las autoridades seguirían insistiendo en que no existe un problema alimentario. Si un día se desatara una epidemia de muertes (occidentales, claro está) y de los estómagos de los cadáveres brotaran pancartas forenses diciendo carne de vaca loca, cerdo apestado, leche de oveja azul y alón de pollo pachucho por la gripe chinosa, las autoridades seguirían insistiendo en que no existe un problema alimentario. Insistirían incluso si las propias autoridades reventaran de ponzoña industrial, química, moderna, capitalista, suicida… “No existe un problema alimentario, no existe un problema alimentario, lo juro, no existe, no existe, no”, gemirían las autoridades echando espumarajos por la boca, antes de caerse muertas y redondas como pajaritos cabezones. La alarma se prende cuando las autoridades salen diciendo que todo va bien, tranquilos, porque uno tiende a pensar que le están ganando tiempo al chillerío para ver cómo demonios solucionan el papelón o se ponen a salvo.

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