En Jaén, las gentes andan muy despacio. Voy a darles un artículo de respiro a los IU, aunque no por falta de ganas de seguir malmetiendo (la he tomado con ellos porque soy un tipo cuajadico de frustraciones, claro), y diré que aquí, en Jaén, las gentes andan muy despacio, mira tú qué chominá más considerable. Cuando uno viene de por ahí, de España (salir al extranjero es de cobardes y de mediocres, es de personas indispuestas y poco agraciadas, de rencorosos, de chulos), uno advierte dos diferencias fundamentales respecto a Jaén: que los autobuses urbanos no tienen torno de entrada (ya estoy harto de decirlo, de que no me hagan caso y de poner paréntesis) y que los viandantes se desplazan a un paso normal. En Jaén, en cambio, las gentes no caminan: las gentes pasean, aunque no estén de paseo, aunque les cierren Hacienda o se estén haciendo de vientre y les urja llegar a casa. Y las hay que se juntan y se alían para ocupar toda una acera con su paseíto pachorra, y uno, que es cosmopolita (de España) y además tiene muchas cosas que hacer y por eso se siente superior, se indigna en su parón y se avergüenza de… Bueno, mira: que hoy no tengo nada que decir, que estoy en blanco, usted perdone.
23.4.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Es lo que tiene ir siempre o cuesta arriba o cuesta abajo, que si corres o te fundes o te desnucas. Eso si, gracias a tanta calle empiná, los jaeneros y jaeneras podemos presumir de nalgas prietas.
Un saludete cobarde y rencoroso, se te lee desde Graná Jesús.
Publicar un comentario