El alcalde de Bailén es un censor. Me parece muy bien que no le haga gracia el calendario editado por la asociación General Reding, cuyos meses ilustran las buenorras hermanas Matut a medio vestir por la Batalla, y que piense que distorsiona y frivoliza tanto el acontecimiento histórico de su pueblo como la imagen de la mujer. Perfecto. Gazmoños nunca faltan, son como los graciosos y los malafollás de todas las pandillas o reuniones familiares. Pero retirar el almanaque, nunca. Quien retira, tacha, elimina o quema lo que no le parece adecuado para los demás, es un censor, más aún cuando la censura es motivada por un asunto de carnes mujeronas. Distinto es torcer el morro ante lo que a uno le disgusta, así se manifiesta la libertad de expresión, es un derecho y punto, aunque con ello uno se condene al ridículo antañón que otorga el puritanismo, eso allá él. Pero es que, además, el alcalde de Bailén es un hipócrita, porque al mismo tiempo que ejerce la censura moral, dice que lo del calendario le parece anecdótico y hasta le divierte. Pues entonces ríete un rato y déjalo quietecito, joé, Bartolomé, ¿o crees que tus correcciones de lo políticamente ñoño van a acabar con algo tan viejo y arraigado y cañí como un calendario de tías macizas? Anda ya.
8.4.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario