17.1.08

Vamos al lío

Disueltas las Cortes como sobrecillo de paracetamol o, en su defecto, de Mucosan granulado, vamos al lío. Que levante la mano quien quiera que gane Zapatero. Bien. Que levante la mano quien quiera que gane Rajoy. ¡Halaaaa! Bueno, bien, vale, bajadla ya. ¡Bajadla! ¡Que la bajéis, leche, que ya nos hemos enterado! ¡Que sí! ¿Será posible? ¡Orden, orden! ¡Pero qué guirigay es este, por dios! ¡Tranquilos, he dicho “guirigay”, no linchéis al extranjero! ¡La familia está a salvo, ese hombre no tiene culpa de nada! ¡Atrás la ultraderecha! ¡Guardias! Se trataba de una encuestilla a ojo, por hacernos una idea, ¡no lo llevemos a estos extremos! ¡Orden, orden! ¡Esas banderas tienen el palo muy gordo, cuidado! ¡Y un pollito bizcotur, o sea de mirada aviesa y malencarada, a más de bisoja (C. J. Cela)! ¡Por favor, abrid inmediatamente esa puerta! ¿A quién se le ha ocurrido encerrar a los que han levantado la mano con más ganas de Zapatero? ¡Pellizcos no, pellizcos no! ¡Ese obispo, que se baje de la rama, por el amor de dios, que hay señoras! Una, grande y libre, sí, todo lo que queráis, ¡pero dejad en paz a ese pobre rastafari que pasaba por ahí sin meterse con nadie! ¡Orden, orden, orden! Vamos al lío.

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