20.12.07

Pobres monitores de la UPM

Permítanme que irrumpa hoy en la intimidad de sus sentimientos para hacerles partícipes, en estas fechas tan entrañables, de la pena que da leer unos cartelitos que, pegados con desafín en las dependencias de la Universidad Popular Municipal de Jaén, convocan a los monitores, mañana día 21, a su ágape de Navidad. ¿Y qué pasa? ¿Acaso es triste que los monitores de la UPM disfruten de sus Pascuas en amor y compaña, como si fueran seres humanos normales y corrientes, tocando la pandereta y haciendo así con las manos, la mar de contentos? No, por supuesto: eso qué va a ser triste; pero sí lo es que, según los cartelitos, cada uno tiene que llevar su propia comida y su propia bebida, porque de lo contrario se iban a comer lo que yo me sé. Y como este columnista también tiene corazón y jamás olvida su condición de servicio público, desde aquí hago un llamamiento al Ángel Cajigas, director; al Montané, concejal, y a la Puri, alcalda, para que no permitan este picnic tortillesco y empanado y se gasten unos cuartos en adecentarles una buena tasca a esas criaturas que, unos más y otros menos, también son hijos del Ayuntamiento y sobrinos de la CGT. Que después todo es criar mala sangre.

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