28.9.07

Que no le toquen los imbornales

Lo que el Miguel Ángel García Anguita quiere decir es que los imbornales del paso subterráneo se escoñaron la misma noche del 16 de junio pasado, nada más saberse que las urnas de IU le habían dado la mayoría a las del PSOE. No lo pudieron soportar, digo los imbornales. El secretario provincial y concejal del PP en el Ayuntamiento jaenino defiende con uñas y dientes sus imbornales, esos imbornales que él mismo instaló y hasta los tiene retratados y puestos en un marco en su salita de estar. “¡Qué bonicos son mis imbornales, míralos ahí!”, se le oye exclamar cuando mira las fotos. Que no le toquen los imbornales al García Anguita, que se cabrea mucho. Pero el caso es que aquí ya se sabe: la buena o mala calidad de las obras que la política realiza en verano se demuestra en otoño, cuando nos visita el primer tormentón y viene el agua a preguntarnos qué leche de imbornales hemos puesto o con qué turrón se han asfaltado algunas calles, si con el duro, con el blando o con el de frutas escarchadas. Cuesta creer que la ojazos Matilde haya cerrado el subterráneo por capricho, porque se aburría, para reparar unos imbornales estupendos. ¿No sería que había mucha prisa por acabar? Va a ser eso.

2 comentarios:

Jabalcuz dijo...

Tíscar, de repente Jaén se ha vuelto de un inseguro...

Jesús Tíscar Jandra. dijo...

Y que lo digas, Jabal, y que lo digas.