Va a haber que mirar con lupa las contrataciones de las cuatrocientas ovejas que la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andazarrías y de la Amparo Ramírez piensa emplear este verano para desbrozar las faldas del castillo jaenerín. Ojo, que hay por ahí mucha oveja enchufada, sobrina o prima de tal ovejón; mucha oveja que no se lo merece, mucha oveja inepta que sólo piensa en trincar de los dineros públicos a cambio de rascarse la lana todo el día, sin dar una mascá, y también mucha churra que va de merina y mucha merina que va de churra, eso no debería consentirse de ninguna de las maneras. Piensen que estos puestos de trabajo en los que te pagan por comer son muy golosos y codiciados, que se lo digan si no a ciertos funcionarios dedicados exclusivamente a desayunar durante toda la mañana, entre los que tal vez habría que seleccionar a los vegetarianos para que le echen una mano a los animalitos del jersey, aunque me da a mí que vegetarianos son pocos, no veas las tostadas de picadillo de jamón que se meten casi por norma, sujetándose la corbata. Y bueno, ahora, la poesía: Por las faldas del castillo / con las lanas en guedejas / van cuatrocientas ovejas / mandadas por la Amparillo.
29.6.07
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