Regresa a los papeles Francisco Javier Aguilera, un buen hombre que nunca sonríe y que tampoco promete nada, un rojo de mochila y voz suavísima, aquel delincuente que metieron en la cárcel hace siete años por pintar un mensaje de paz en un muro, el intelectual de la Izquierda Unida jaenita, un pesimista feliz y convencido de esa amargura ideológica que te inyecta a gotitas cuando te lo encuentras por ahí con sus panfletos fotocopiados y le preguntas qué tal va la cosa, la cosa, una cosa que para él siempre va mal, pero algo mejor que ayer, porque Jaén no es que sea facha —asegura, se equivoca—, sino que hay que ilusionarla con otros modos de ver, de oír, de actuar…, los de Francisco Javier Aguilera, claro, y esa IU que él lleva en la cabeza desde hace muchos años y que parece ser que nadie le pilla del todo, ni siquiera los suyos, y por eso se fue a meditar y a recoser su mochila y dejó a mi musa la Nieto, María Dolores, mi Loli, con sus leotardos nuevos haciendo la política de su pequeña voz y sus contundentes ganas de hacerle ver a la peña que los izquierdunos no tienen cuernos y rabo ni nos van a meter en casa familias gentuza. Bienvenido a los papeles, Aguilera. Píntanos otro muro.
12.6.07
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