¿Tú lo has visto? ¿Has estado?

Benedicto XVI afirma que el infierno existe. Que lo demuestre. No hace mucho, sin pedir permiso, la Iglesia católica nos quitó el limbo como quien nos quita un día festivo, ¿por qué vamos a creernos ahora que el infierno existe? Eso hay que demostrarlo, Papa, no nos vaciles. ¿Tú lo has visto? ¿Tú has estado? ¿Alguien poderoso, por ser quien eres, ha tenido la deferencia de mostrarte las instalaciones avernales en visita no oficial? Pues si no es así, te callas. Ya está bien de dogmas, que no estamos para tragárnoslas dobladas y sin preguntar, y mucho menos los dogmas fabricados para el susto y el rechinar de dientes, que lleváis veinte siglos con la misma rentable cantinela, leche. Además, Ratzinger, no te pases de listo porque si hay alguien en este mundo que va a ir al infierno de cabeza eres tú, si existiera, detrás de todos los papas que han mangoneado el cristianismo al antojo y semejanza de su hipocresía, sus prejuicios y sus malos rollos. ¿O tú te crees, Papa, que mi tocayo el belenita, si levantara la cabeza, se pondría como unas castañuelas con el vergonzoso funcionamiento de vuestra Iglesia de los pobres? Que no, hombre, que no. Infiernos hay, pero están en este. Y en el Vaticano.