Monumento a un héroe

Vamos a dejarnos de monumentos al Papa Juan Pablo II, que a ver qué hizo ese tío para merecerlo, y erijámosle uno bien gordo y donde mejor se vea al señor don Juan Jaén, gerente de la empresa de publicidad Xauen Comunicaciones, por el inmenso ejercicio de fe y el ejemplar espíritu de desprendimiento que demostró prestándole veinte mil euros, tres kilazos de los de antes, al Ayuntamiento jaenícola para que se fuera a Nueva York con la Catedral debajo del brazo y el Patrimonio de la Humanidad en el tupper que, sin duda, llevaba Nestarina Cristanes muy bien guardaíco en una talega de boca fruncida. Porque lo del señor don Juan Jaén sí que es santidad. Hoy día, hacerle un préstamo al Ayuntamiento es como ponerle una mascá de billetes en la boca a un perro para que te la ingrese en el banco, que a lo mejor, y debido a extraordinarias confluencias místicas, no pierdes la guita, pero lo más seguro es que sí, y no porque el perro la extravíe, sino porque se la gastará en chominás de “Dog Chow de Purina” que luego tratará de vendernos como un manjar de alta cocina. Mis felicidades, don Juan Jaén. Porque todavía quedan héroes. Aquí va mi firma para perpetuar su gloria.