"Tenemos evidencias suficientes"

Ateniéndonos a las hemerotecas, Aznar es un mentiroso. Era un mentiroso antes, cuando nos pedía que le mirásemos a los ojos y nos creyéramos que en Irak había armas de destrucción masiva, y es un mentiroso hoy, cuatro años después, cuando nos asegura que ahora lo sabe y antes no. Porque al ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, la verdad es que siempre se la sudó si había o no había armas de destrucción masiva en Irak, ni lo sabía ni quería saberlo, igual que se la suda ahora al manifestar públicamente y en Pozuelo de Alarcón que nos engañó, que nos metió en una guerra por hacerse el chulo delante de Bush, que a causa de ello murieron en Madrid doscientas personas en atentado islamista el 11 de marzo de 2004 y que lo de la existencia de las famosas armas de destrucción masiva sólo era un “dato” propagandístico para que el personal le diera el visto bueno a la machada de invadir Irak, un “dato” cuya veracidad era lo menos importante, siempre y cuando convenciera a los cuatro mariconcetes pacifistas que le gritaban no a la guerra y le ensuciaban la medalla. A valiente peligro le estuvimos pagando un sueldo durante tantos años, dios mío de mi vida y de mi corazón.