Visto que resulta rentable tener estación en Jaén, con diecinueve mil doscientos viajeros más en tan sólo siete meses, haga el puñetero favor Renfe de regalarle ya de una vez al chatarrero, el hombre, los trenes tan infames con los que desde hace años nos da el viaje, porque hemos demostrado que merecemos otra cosa, más incluso que ese tentempié diesel y menos parón con el que nos la coló en febrero la ministra de Fomento, y que nos ponga algo que nos recuerde que somos usuarios y no cabestros, por muy de Jaén que remanezcamos. Ah, y puestos a pedir, yo me pido que el tren chulérico que nos pongan, ahora que ya no somos una ruina de estación, no tenga asientos cuádruples, de esos que te vas mirando todo el rato con el gachón o la gachona que te toca enfrente, por lo común tan feos, ahí rozándonos las roñas de las rodillas, eso si no te toca viajar para atrás y te mareas y devuelves la legítima y acreditada torta de aceite de Inés Rosales, y que haya cafetería y vagón de toses para fumadores y las ventanillas no tengan churretes ni cagarrutas. Y lo más importante: que el tío que pasa empujando el carrillo de las chocolatinas y las fantas tenga el decoro de remeterse bien la camisa.
11.10.06
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