Ahora, entrar en el talego jaenoncho con una cámara de fotos o vídeo, en cualquiera de sus minúsculas modalidades actuales, es más difícil que colar un saco de limas, dos tanques y diecisiete kilos de farlopa, todo junto y envuelto en papel de purpurina con lazo fosforescente. ¿Qué que no? Parece ser, y me lo creo, que una imagen del ex alcalde marbellote don Julián Muñoz en su hábitat carcelario vale un pastón ganso, pero ganso-ganso, en el mercado negro del periodismo mugriento del coñazón, que tanto acompaña y entretiene. Sólo tienes que aportar la prueba y, dependiendo de la nitidez y autenticidad de la imagen, hacer que comience la subasta de las televisiones, ¿quién da más? Ni a funcionarios ni a visitantes se les permite la tenencia de armas audiovisuales. Y el preso mediático, agradecido. O sea que la tentación está servida, no me digan ustedes que no. Piensen que por unas foticos de nada que logres de ese señor, aunque sea rascándose el cogote, te puedes pillar un pellizco guapetón para que tus chiquillos tengan unos Reyes de tres pares de videoconsolas, por ejemplo, o para un retiro espiritual en la abadía de Lady Sandra y sus arrobadas novicias. Hay que ver qué vida esta, ¿eh?
24.10.06
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