Fusilar a Ruiz Gallardón

Ayer, en una carta de los lectores publicada en este periódico, José María Pardo Crespo se lamentaba de que, obviamente, al alcalde de Madrid no se le puede fusilar por haber casado a una pareja de homosexuales y ejercer una política orientada a la izquierda; y decía, además, que estamos en guerra política y que a Ruiz Gallardón se le ha pillado in fraganti sirviendo al enemigo. Virgen Santísima del Abrigo de Pana, ole la libertad de expresión y el canuto negro de los fusiles lanzando esputos a la izquierda mariconsona del blanco muro de la patria mía, sus huevos ahí. Uno ya sospechaba que el patio en Jaén está peligroso, pero leche, no tanto. Jaén es facha, muy facha, una barbaridad obscena de facha, y personas tan respetables como la que firmaba la carta de ayer hay aquí para darle a Dios en los dogmas, por eso vamos a tener PP hasta que a la bailarina de la calle Colón le salga vello púbico. Ya hablamos de fusilar al rojo. Después habrá que seguir con la bonita labor de pelar al cero y darles ricino a los maricones, ¿no? Todo eso aderezado con sus buenos toques de queda, su censura y sus patrullas itinerantes de matones fascistas. ¿A que se os hace agüita rica la boquita prieta?