Nestares llama a tu puerta

La Nestares, doña Cristina, la concejala, la mandamasa de la cultura y el festejo municipal jaenita, sí, esa, esa, lleva ya rato visitando al ciento y la madre para pegarles sablazos que le financien el Festival de Otoño. Da gustazo y hasta gustirrinín, que es mejor, comprobar cómo esta mujer es capaz de todo por obsequiarnos a los jaenícolas con los otoños culturales que se inventan en el casón misterioso de la calle Maestra, incluso de emular a las monjitas que de vez en cuando llaman al timbre de nuestras casas en busca de una limosna para los pobres, que uno va y se la da, porque tiene corazón y eso, mas luego cae en la cuenta de que tenía que haberle preguntado a la sor para qué pobres es la limosna que te ha trincado, pero en fin, ya da lo mismo. Las cajas de ahorros, los organismos oficiales, los colegios profesionales, la Uja Piruja y las empresas privadas que doña Nestarina Cristanes ha visitado no tienen ese problema ni pueden acogerse al beneficio de la duda: saben perfectamente para qué pobre es la limosna que se les ruega, uno muy gordo que hay en la Plaza de Santa María y que, pese a la miseria que sufre, viste como un marqués de los de antes y se las da de listísimo.