12.12.05

El cabo Benedicto a sus órdenes

Qué chistoso el Papa el otro día poniéndose el tricornio de los civilones. Bueno, poniéndoselo... Se lo encasquetó en la germana cabeza, encima del solideo, del que el clero sólo se destoca ante Dios, pero no llegó a despegar los dedos de él, se lo quitó enseguida y me da a mí que sin saber muy bien si había metido la pata o no, de manera que no es para que el Cuerpo se alegre tanto, que a algún “pater” de cuartelones por poco le da un síncope de felicidad, qué pasión. Ahora dicen que más de un gitano se va a hacer ateo. Ji ji. Y que Ratzinger ya no dará las bendiciones, sino el alto. Ji ji. Verás tú que este Papa también nos sale payaso y coñón, cosa que nunca está mal, hay que relajarse de tanto boato, la hipocresía cansa, el incienso fatiga. Porque después vimos que se probó otro gorro, uno con pluma, y pensamos que a lo mejor va a ser ese el gesto habitual de su papado, como el del Juan Pablo era besar la grasilla del suelo de los aeropuertos. Sitio al que vaya, zas, gorrete que se pone para que le hagan la foto: desde sombrerazos de mariachi hasta boinas capadas. Ahora todos los gremios con gorro querrán que Su Santidad se ponga el suyo. Y será Benedicto XVI el Gorrero.

4 comentarios:

Sir Alsen Bert dijo...

Vaya mote le has puesto al Papa Germano, niño...

Anónimo dijo...

Ea, pa que escarmiente. Eso le pasa por ser Papa.
Ote, qué guapo estás en la foto, pareces un artista de cine.

Sir Alsen Bert dijo...

Conio, me has dado una idea ahora mismo. Voy a mandarla al Jaén porque la que me han puesto no me gusta nada. "Yastá"

Que no te extrañe que visite de aquí a ná la Academia de Guardias Civiles de Baeza. Verás...

Sir Alsen Bert dijo...

Ah, por cierto, la guapura la define el maquillaje que uso, tó sea dicho.