Miles de murciélagos revolotean las noches de la capital jaenoncha y algunos hasta buscan cobijo en los pisos, sobre todo en los de la avenida de Andalucía, y dicen los ecologistas que mucho cuidadito con ellos, que están protegidos por la UE, por Zarrías y por el Gobierno español, no vayamos a cometer una injusticia. Así que ya lo sabe: si un murciélago se le cuela en su casa mientras está usted cenando, siéntelo a su mesa y comparta con él la tortillica francesa y el yogur de frutas del bosque con tropezones, y si se le cuela por la ventana del dormitorio cuando usted se está aplicando, con el denuedo acostumbrado, en los débitos carnales, deténgase un momento e invítelo a acomodarse en la mariantonieta para que el animalito mire a gusto, o, si se le antoja, pueda acercarse en una volá y chupársela a usted con toda la libertad del mundo, digo la sangre, aunque tal y como está la vida en estos tiempos, cualquiera sabe… No se le ocurra, por dios, ponerse a gritar ni intentar echarlo, mucho a menos se le vaya a pasar por la cabeza matarlo a periodicazos. No le haga pasar mal rato. El bicho es feo, porque lo es, más feo que un catálogo de mocos, pero tiene utilidades y, además, las autoridades están con él.
Buen artículo...con guasa incluida...a mi me entra un bicho de esos por la ventana y se convierte en ratita de alcantarilla...
ResponderEliminares que soy muy poco ecologista...
Saludos