Asquerosa, sobre todo asquerosa

No he oído a la “Moral Establecida” ni a la Iglesia ni a nadie meterse con el Tom Cruise, que quiere papearse o se ha papeado ya, no sé, la placenta y el cordón umbilical de su criatura cuando la chati le dé a luz sin pegar un grito ni pronunciar un “ay, Tomasito, qué rato más malico estoy pasando”, según manda la secta de la Cienciología esa a la que parece ser que pertenecen medio Hollywood y dos o tres de Peal de Becerro (¿hace falta que diga que es broma, pealeños, o voy abriendo el paraguas? Seguro que no, pero, en cualquier caso, ustedes deciden). La verdad es que no es extraño que nadie se haya pronunciado en serio al respecto del cómico: la tontada es tan sumamente extravagante y asquerosa (sobre todo asquerosa) que a uno no le resta más que pestañear mientras se hurga las narices en busca de pildoricas asombradas. Esas famas, esos dólares y esos endiosamientos terminan por consumirle a uno la sesera, a mí que no me digan: el pavo estará ya de chuletones y de caviar hasta el culo y ahora lo que le peta es jalarse las guarrerías de su nena, hacerse del cordón de la vida una longaniza estofada y de los churres biológicos su salpichirri. Anda y que coma una poquita mierda.

Mira este test que te hago

Cucha que te diga, te voy a hacer un test, a ver lo listo que eres. Primera pregunta: ¿Qué es un organismo de la Administración Pública, ya sea estatal, autonómico o local? Subraya la respuesta que consideres más acertada: a) El cortijo del partido político gobernante; b) El chalé del partido político gobernante; c) La casería del partido político gobernante. Tómate tu tiempo, sé que no es fácil. ¿Ya? ¿Estás seguro? Ok. Segunda pregunta: ¿A quién te estás dirigiendo realmente cuando solicitas ayudas, subvenciones, publicaciones y demás justicias a las que están obligadas con el contribuyente esos organismos? Respuestas: a) A un partido político; b) A un partido político; c) A un partido político (esta pregunta, dada su complejidad, te da la oportunidad de optar por una cuarta respuesta: d) A un partido político). Tranquilo, no te corras de ligero ni de nada, no hay prisa, que no te tiemble el boli o el rotu. Por último, pregunta tercera: ¿De qué depende que te hagan más o menos caso en las mencionadas Administraciones? Respuestas: a) Del carné político que luzcas; b) De lo simpático o antipático que le caigas a cualquier pelanas; c) De cómo domines el delicado arte de la felación.

¿A qué nos juegan en Sevilla?

Grandísima chominá. ¿Tan importante es la denominación —nación, realidad nacional o leches— para estas bragas de España que son Andalucía? ¿En serio creen los políticos que al ciudadano andaluz le importa un pimiento el nombre que hay que ponerle a este pedazo de tierra sureña, que la gente va por la calle preocupada por cómo va a quedar el nuevo Estatuto, que puede afectarles a su vida diaria una palabra de más o de menos en ese librito autonómico que nadie se lee porque es un pestiñazo y mejor está el “Marca”? Venga ya, redié. ¿A qué nos están jugando en Sevilla, quiénes quieren para ellos Andalucía? Tiene toda la razón Mariano Rajoy, el hombre: en Andalucía se está debatiendo una estupidez que ni siquiera viene a cuento. Han organizado un pasarratos cateto para su propio entretenimiento, juegan a las casitas políticas y a los médicos geográficos, se hacen los chulos y los andaluces. Y no les pagamos para eso, maldita sea mi sangre. De pronto aquí a todo dios le ha entrado una fiebre nacionalista que no se la cree ni el cipote, ese cipote que siempre se lo cree todo. Y el PA gozándola, a ver los angelicos cuándo se han visto en otra, pegándole bocados y lametones a Blas Infante.

"No more garraffa", eso es

Ojalá la plataforma esta que la semana pasada se presentó en Jaén acabe de verdad con el garrafón, ese delito casi diría que consentido por el consumidor, que con indignarse a la salida del bar y jurar no volver nunca a ese sitio tiene bastante. Me gustaría ver a más de un hostelero —y de dos, y de tres, y de cuatro, y de...— demudándosele la jeta y corriendo al váter ante una inspección sorpresa y la toma de muestras de los venenos con los que se hinchan de ganar billetes, aunque luego no paren de lloriquear y de asegurar lo contrario, la leche que les dieron. “No more garraffa”, que según mi diccionario de Inglés, obsequio de la margarina “Tulipán”, quiere decir “No más garrafa”, viene a apostar por que nos pongamos tontos de pirriaque y mezcolanzas, si queremos, pero del bueno, del que te jode el hígado por méritos propios y no por voluntades añadidas. Poquísima vergüenza, oye. Algo parecido debería hacer el Gobierno con el tabaco que se vende en España: mirarlo más, prohibirle tanta caca adictiva y ponzoñosa como lleva, meterles un esportón de voces a los fabricantes y censurarnos, vetarnos, marginarnos y hacernos la puñeta menos. Pero..., en fin, que si me entiendes.

Demasiados libros, demasiados

Eso de que en España se lee poco me viene sonando a falso, a frase hecha, algo parecido al tópico del teatro y su crisis. El teatro lleva en crisis desde los autos sacramentales de hace cinco siglos, y ahí sigue, por fortuna, con su tralarí, con su tralará y con sus lágrimas sagradas. Lo que pasa es que queda como muy catastrofista y muy guay asegurar que aquí no se lee y que el teatro va a desaparecer en unos años. Hay gente que disfruta preocupando a la peña, le engorda, y si es por la vía cultural, mejor. Lo que sí me parece muy cierto es lo que suele añadirse a eso de lo poco que leemos los españoles, y es que se edita mucho. Demasiado, diría yo. Y así salen los peñazos y las pringosidades que salen y que suelen acabar, claro, en los tenderetes de los parquecillos, rodeados de avispas, como el turrón, o en la venta al peso de las librerías de viejo, atados con una guita. Creo que la literatura es el oficio, entre todos los oficios, que más intrusismo acarrea y padece, incluso por delante del lenocinio. Hoy cualquiera se cree con derecho a escribirse un libro y, no contento con ello, incluso a publicarlo, sin importarle un pimiento buscarle una ruina a un bosque para nada. Y no.

Nestares llama a tu puerta

La Nestares, doña Cristina, la concejala, la mandamasa de la cultura y el festejo municipal jaenita, sí, esa, esa, lleva ya rato visitando al ciento y la madre para pegarles sablazos que le financien el Festival de Otoño. Da gustazo y hasta gustirrinín, que es mejor, comprobar cómo esta mujer es capaz de todo por obsequiarnos a los jaenícolas con los otoños culturales que se inventan en el casón misterioso de la calle Maestra, incluso de emular a las monjitas que de vez en cuando llaman al timbre de nuestras casas en busca de una limosna para los pobres, que uno va y se la da, porque tiene corazón y eso, mas luego cae en la cuenta de que tenía que haberle preguntado a la sor para qué pobres es la limosna que te ha trincado, pero en fin, ya da lo mismo. Las cajas de ahorros, los organismos oficiales, los colegios profesionales, la Uja Piruja y las empresas privadas que doña Nestarina Cristanes ha visitado no tienen ese problema ni pueden acogerse al beneficio de la duda: saben perfectamente para qué pobre es la limosna que se les ruega, uno muy gordo que hay en la Plaza de Santa María y que, pese a la miseria que sufre, viste como un marqués de los de antes y se las da de listísimo.

"Mariqui es una chalá perdía"

Se veía venir, casi las podíamos leer, antes de perpetrarse, el día de la inauguración de la nueva sede de Izquierda Unida de Jaén, cuando los ochíos de pimentón que les conté y de los que luego me he enterado de su procedencia: Torreperogil. Un escaparate tan amplio, tan nuevo y tan de rojos abyectos, ateos, antiespañoles y masonazos —por no hablar de la poca higiene y de la mariconería y el marimacheo que el sector decente y patriota y de misa diaria les sigue atribuyendo— era un lienzo más que apropiado, ideal, para el arte mamarracho de la pintada insultante y cobarde, por otro lado tan pueril, tan de patio de colegio, tipo: “Mariqui es una chalá perdía”, “El Sánchez la tiene chica” y “No sus juntéis con el Alvarito, que se come las cáscaras de las naranjas”... No obstante, si la peña se conforma y se da por satisfecha con estas gamberradas, bendita sea. Más les cuesta la pintura empleada que lo que les desgasta el fervor y la pasión por ponerle el punto sobre la “i” a la democracia. Tal vez sea esa la única manera de votar que conocen, quizá sus mayores no les han enseñado otra. En cualquier caso, ya que manchan, leche, un poco de originalidad, que siempre escriben lo mismo.

Habrá que oír al alcalde

El Ayuntamientaco jaenerín del Partidico Populoncho desprecia a los abogados de la Administración local y a los bufetes privados de la tierra que le da de comer y se va a Marbella en busca de la defensa en materia de Urbanismo, que allí de eso han de saber la tira. O bueno, a lo mejor no tanto, y así les va. En cualquier caso, ya estamos otra vez con las extravagancias de este equipo de Gobierno que tan entretenida nos hace la existencia. Salimos a una o dos por mes. Su capacidad para asombrarnos es realmente admirable. El Ayuntamiento se ha medio disculpado y justificado con la “vara más grande” que hay que empuñar para pelearse, ¿será borrico?; pero ahora a quien habrá que oír es al alcalde Sánchez de Heineken, el hombre, cuando los periodistas, esa chusma insaciable, le saquen el tema en la próxima rueda de prensa, que yo no sé qué manía tienen aquí los periodistas de acudir a las ruedas de prensa y hacer preguntas. Pieza de oratoria, seguro, con sus locuaces resortes. Porque este alcalde no va a hacerse célebre por sus bandos, que yo no sé si los escribe; pero por endiñarle zambombazos a los balones molestos sí, sin duda. Luego hay que ir a recogerlos y es un latazo, leñe.

No y no hasta que sea ETA

El PP cree que la investigación del 11-M es una chapuza porque no ha aparecido ETA por ninguna parte y eso significa la corroboración de lo que ya sabíamos, que mintió, mintió y mintió para no perder las elecciones y seguir mintiendo, mintiendo y mintiendo al amparo de esa impunidad política y del pronto olvido general que tanto utilizan y del que gozan un rato largo. El portavoz del PP en la comisión del 11 de marzo se permite, pues, llamar “chapucero” al juez Juan del Olmo y “torpe” a la policía, que, según él, le llevaba detenidos que no eran culpables y lo mareaba hasta el punto de que hoy por fin no se sabe quién está detrás de la masacre de Madrid, porque el PP no sabrá quien está detrás de la masacre de Madrid hasta que no sea la banda terrorista vasca, y punto. Mientras tanto, oye, ni idea. Son conservadoracos hasta para eso: de piñón fijo. Aquellas “vías de investigación” de las que nos hablaba Acebes, quien en su descomposición de cuerpo no sabía decir otra cosa, el pobre, se siguen dirigiendo todas al terrorismo islámico que Aznar nos azuzó con su machada de las Azores y sus sueños de grandeza personal mientras todo un país le gritaba no a la guerra. Que es muy perra.

El toro en peligro de extinción

Monumento nacional, icono costumbrista, compañero entrañable de viaje, guardián de las carreteras españolas y todo lo que tú quieras, pero leche, que la Consejería de Cultura ande ahora preocupada por salvar y proteger el toro de Osborne me parece, primero, cosa ñoña, y segundo, una memez populachera propia de ociosos y aficionados a la distracción. Vamos, que la Junta trata a esta sombra taurina tan cañí como si de un bicho en peligro de extinción se tratara, frente al Tribunal Supremo, que ha anulado la declaración como Bien de Interés Cultural a esas 38 tonterías ya tan vistas, pues son 38 los toritos que quedan, ignoramos si entre ellos habrá alguna vaquilla en edad de merecerse un semental para perpetuar la especie. Manda huevos, ¿eh? La manía esa de llamar “cultura” a todo lo que se mueve y hasta a lo que no se mueve, como es el caso del bicharraco de Osborne, no trae más que estupideces y banalidades en las que apuntalar los ojos para no desviarlos hacia las carencias que no les conviene que se vean a los políticos. Yo no sé a usted, pero a mí no me va a restar cultura ni mucho menos identidad que desaparezca ese toro, aunque bueno, conservadores raruchos no faltan.

La grieta, concepto ideológico

Ser de un partido político o de otro implica diferencias en la percepción de la realidad, toma castaña; pertenecer al equipo gobernante o al equipo de la oposición pasa por matar a cogotazos la bendita y casi nunca bien usada objetividad y enterrarla de tapadillo en un desmonte a altas horas de la madrugada. La Junta de Andazarrías ve grietas en la cárcel vieja y en el centro educativo “Virgen del Carmen” por culpa de las obras del aparcamiento subterráneo “Avenida”, punto y coma, el Ayuntamiento jaenaco no ve grietas en la cárcel vieja y en el centro educativo “Virgen del Carmen” por culpa de las obras del aparcamiento subterráneo “Avenida”. Ahora estoy lejos —decía nuestro admirado Coco, que en paz descanse—, ahora estoy cerca: lejos, cerca, lejos, cerca... Parece ser que la grieta es un concepto subjetivo que existe o no existe según la ideología y las ganas de mandar de nuestros representantes políticos, cucha tú qué cosa más misteriosa, oye. Pero aún hay más. Si el Ayuntamiento hace un esfuerzo y ve los grietones..., vale, ok, hay grietas, pero no por culpa de las obras nuestras, sino de... ¿el demonio? Y nosotros, como somos tontopollas, cogemos y nos lo creemos, ¿a que sí?

Ahora van a ver los gabachos

Qué copiones. Los jóvenes franceses han tenido que manifestarse con insistencia y dureza para que los jóvenes españoles se den cuenta ahora de que lo del empleo y la vivienda lo tienen fatal, con menos futuro que un conejo al ajillo, e instan por correo electrónico a concentrarse el próximo catorce de mayo para que el Gobierno les arregle lo suyo, los de Jaén también, claro. Van a demostrarle a la sociedad española más crítica o pureta que les preocupan otros asuntos además del botellón, y hacen muy bien, algo es algo, por ahí se empieza, guay tío, pero no me digáis que la cosa no suena a eso, a copiones, y que no parece que les mueva no tanto el deseo de ver mejoradas sus condiciones económicas como un picajoso espíritu de competición algo cazurrillo, tipo “ahora van a ver los gabachos lo que es un español reclamando derechos”. Es como si a los mozos del pueblo de al lado les entra de pronto el volunto de tirar todos los jueves al pilón al concejal de bienestar social, el hombre, sana costumbre que los de este pueblo llevamos practicando desde hace varias generaciones. Pues lo mismo. No obstante, ya digo: más vale espabilar por empatía que seguir durmiendo por pura perrera.

Entre el llanto y la bronca

Entre el llanto y la bronca, entre el luto y la fiesta, hombres y mujeres coloradotes y sincopados por el esfuerzo y la disnea le cantan las cuarenta a los Evangelios desde balcones privilegiados y con macetería selecta, le pegan voces y ayes al dolor de las torturas, a las siete puses de las siete llagas, al brillo de las lágrimas más o menos bisuteras, y parece que quisieran quitarle la muerte al Cristo a manotazos, con toda su buena intención. Es emocionante y cómico, uno no sabe qué pensar o cómo pensar, si en patético o en artístico, y de momento aplaude. La noticia esa del hallazgo de un texto de Judas Iscariote en el cual el apóstol suicida declara que fue el propio Jesús quien le encomendó el papel de malo evangélico, ordenándole que lo traicionara, ha llegado demasiado tarde esta Semana Santa para ponerse ahora a cambiar las letras de las saetas y la iconografía despiadada de algunos pasos, cachis en los mengues, con lo bien que le vendría una ventolera de refresco a los desfiles, más allá de los farolicos, los bordadicos y los compases costaleros para transportar esos maniquíes de moda antigua, ciega y algo sado, por otra parte tan bien hechos. Tal vez el año que viene...

SEGUIDAMENTE, LAS APRECIACIONES DE UN LECTOR AL RESPECTO DE ESTE ARTÍCULO, RECIBIDAS EN MI CORREO ELECTRÓNICO. TEXTO COPIADO Y PEGADO TAL CUAL. UNA JOYA QUE GUARDARÉ SIEMPRE, SIEMPRE:

tu opinión, siempre para atacar, para hacer daño a los cristianos. No te entiendo que tienes contra la iglesia, que siempre la reseñas en tu sección, que no se por que te pagan pro una porquería cómo esa.
Que se creen en el Jaén que tienen a Unamuno escribiendo ó que= ?
De " maniquies de moda antigua ", te díría que tu p------- m--; pero no, Tengo educación. Soy Cristiano y Cofrade, y al contrario, rezo por tí, Por que el Señor a quien ofendes, te perdone. Padre, perdónalo por que no sabe lo que hace este pobre hombre, cuyo aspecto, otros tacharían de " rojo malo ", esconde un ser lleno de complejos, falto de cariño desde pequeño y que tiene una lanza contra la iglesia, siempre en ataque.

Quizá alguien te conteste que es lo que se debiera en cartas al director.

Lo que no tienen es que pagarte por intentar hacer daño al numerosisimo, joven y esplendoroso pueblo cristiano y cofrade de Jaén ( que no lo conseguirás por que no eres nada ); y lo que las cofradías y hermandades tenían que hacer es no colaborar con un periodico Jaén, que en realidad no está por la Semana Santa ( claro pertenece al PRISOE) y de Zp, ya sabemos contra la iglesia lo que trae...

¡Ay mi Inma, ay mi Inma!

Ay mi Inma, la Solar, que no se va, que me la echan. Ay mi Inma, la Solar, tan discreta y erguida, alejándose en silencio del campo de batalla, de una playa de sangres, la pena en la garganta y el orgullo en los ojazos, rictus irónico en los labios, pasito a paso, sin mirar atrás. Ay mi Inma, la Solar, cuánto PP roto en la conciencia, cuánta risa loca en el recuerdo y qué pedazo de Moya en su corazón destrozado. Solar, mi Inma: desde los jóvenes pepitos a la secretaría provincial, y ahora el destierro, ¿qué mala palabra le dijiste o inoportuno gesto le hiciste a ese rey chiquillo tan bien peinado, Josenrique? Él te decía ven y tú lo dejabas todo, incluso el Ayuntamiento: era tu arrobo y tu veneración, tu modelo y tu idolatría, ¿qué malos hados y peores alientos os han situado en el luctuoso papel de vencedor y vencida, de prescindible y sumo hacedor? Ningún PP tan vistoso como el de mi Inma cuando le ponían delante los micros y ella, así como de recién levantada, sabía cómo tratarlos. Qué aburrición ahora. Un día os vi de rivales por la Alcaldía a la fría Peñalver, a mi musa la Nieto y a ti, mi Inma, ahí las tres a la gresca matriarca. Y de pronto un manotazo, un golpe helado...

Una faca muy grande en la faja

Lo triste es que a nadie ha sorprendido verdaderamente lo de Marbella. Desde hace años se sospechaba que, hombre, hermanitas de la caridad no eran precisamente en ese Ayuntamiento, sino más bien todo lo contrario, y todo lo contrario a una hermanita de la caridad ya se sabe que es una hermanastra trincona a manos llenas y con la absoluta presunción de inocencia que usted guste, señor mío. He ahí la raza política cuando degenera del todo, a más no poder, cuando le explota la pus de su corrupción y adorna sus palacetes con jirafas disecadas y sus cuartos de baño con tonterías de Miró, que ya hay que tener valor y ser hortera, que por lo menos podían tener buen gusto, pero cá, ni eso. Laírgen, nene, qué atracón. Lo de Marbella parece ser una sucesión urgente de herencias bandoleras, cuyos beneficiarios se encuentran de pronto con una faca más grande que un demonio en la faja, y claro, qué van a hacer, usarla para que no se oxide y, sobre todo, para no hacer el tonto con la cosa esa de la honradez. No señalo a nadie, porque sería injusto, pero, en general, de administrar las concejalías de urbanismo debería encargarse un Michael Landon o parecido, y no obstante, veríamos a ver...

La mejor columna de Salas

En su magistral columna de ayer, Francisco Salas me criticaba que me gusten los ochíos de pimentón, cuyo consumo, según él, es el causante de mi alopecia mental y mis eructos, supongo que se refería a intelectuales, puesto que de los otros procuro guardarme en público, más que nada por educación, de la misma forma que no me peo a culo rajado para demostrarle a la concurrencia lo libre que soy y la escasez de prejuicios que tengo, entre otras cosas porque servidor tiene muchos prejuicios, muchísimos, reunidos principalmente en la glándula del hastío y del vinagre. Así mismo, en su edificante columna de ayer, Francisco Salas nos narraba sus apasionantes visionados balompédicos con los amigos, que suelen terminar la mar de místicos entre poesías, caracoles y sonoros albañiles: gilipolleces trascendentales que le ayudan mucho a vivir y a reírse de sí mismo, algo que me alegra que les ocurra a los filósofos de garrafón, porque mientras trascienden y leen y ven el fútbol no van por ahí dando la vara a todo bicho paciente, quiera escucharlos o no, ya que a estos tipos ese detalle les da lo mismo. Fue la mejor columna de Salas, tan resentida y maestra.

Catolicismo a la baja, ¡qué bien!

Habrán inventado los macrobotellones y la feísima escritura apocopada de los mensajes por móviles, pero me alegra enterarme de que los jóvenes de hoy son mucho más inteligentes que los de hace diez años. A mediados de los noventa, el 77% de los jóvenes se declaraban católicos, sin rubor, frente a los actuales, que no llegan al 50% y además consideran a la Iglesia católica la principal institución de la que no hay que fiarse, dada su excesiva riqueza y su mojigatería en materia sexual. Este descenso de víctimas del engaño religioso viene produciéndose paulatinamente, según un estudio de la Fundación Santa María, lo cual nos anima a pensar con prudente satisfacción que la Iglesia, dentro de unas cuantas generaciones más, podría quedarse más sola que un perro en sus altares de oro y palabras huecas. Algo habrá que hacer, ¿verdad, curas? Porque está claro que cada vez convencéis y gustáis menos al personal y que cuando se os acaben las beatas fijas vais a tener que hacer campaña de captación a puerta fría, como los agentes de seguros. Ya no os sirven para nada el miedo, la represión y las amenazas infernales, Dios hace tiempo que se os declaró apóstata, pero lo lleváis en secreto.

Lo que parece el colmo

Bueno, esto ya es el colmo, ese colmo que a la postre nunca es el colmo porque, tratándose de este Jaén vergonzante y sinvergüenza, ya se sabe que no hay colmos definitivos, que siempre viene otro colmo que deja en braguitas y tiritando al colmo anterior, y así vamos, de colmo en colmo y tiro porque me sale de los marmolitos, la leche que nos dieron, cuánta paciencia desperdiciada. El colmo de ahora es que las administraciones local y autonómica se manden a la bofia una a otra para impedir obras ilegales. La Junta dice que está dispuesta a hacerlo si continúa la ampliación que el Ayuntamiento jaenícola está acometiendo en el Parque del Bulevar sin tener en cuenta la arqueología, ese tostón. ¿Se imaginan? “¡Quietos, policía, arriba las palas, quedan ustedes detenidos por correrse de ligeros, tienen derecho a guardar silencio urbanístico, cualquier cosa que digan podrá ser utilizado para el choteo general!”. Y digo para el choteo porque lo gracioso es que aquí pasa lo de siempre, que ni a la Junta ni al Ayuntamiento le importan tres pitos los posibles hallazgos arqueológicos, pero es una estupenda excusa para chincharse, mientras el contribuyente, aburrido, aguarda a que terminen.

La nueva sede de los rojos

La Izquierda Unida de Jaén tiene nueva sede en la avenida de Granada y para inaugurarla nos sacó unos ochíos de pimentón cuyo recuerdo todavía me hace saltar las lágrimas. Las instalaciones, bien; la gente, bien; los cantantes que amenizaron el convite, bien, al igual que el resto de las viandas... Pero los ochíos de pimentón, ay amigos y vecinos, los ochíos de pimentón estaban soberbios, eran magníficos, de una sabrosidad viciosa y adictiva, condimentados para la locura, la baba y el llanto desgarrado ante la posibilidad de que pudieran acabarse antes de lograr reventarnos la panza con su ingesta descontrolada. ¡Santo Cristo de la Misericordia, qué ochíos de pimentón los de los rojos! Sé que me van a faltar palabras —qué digo palabras: columnas— para glorificar como quisiera ese manjar, y sé que estamos en Cuaresma y que la gula y la lujuria (que también contenían aquellos ochíos de pimentón) son mucho más pecado que en fechas más higiénicas, pero mis amigos los católicos sabrán perdonar las debilidades de este humilde siervo de las inauguraciones con papeo. Votaré a Izquierda Unida nada más que por esos ochíos de pimentón, si es que algún otro partido no me los mejora.

Los tripulantes del velero

Digamos que los colaboradores de opinión somos los cuñados queridos de la redacción de este periódico, ya sobradamente sexagenario, que nos vio componer las primeras papepipopús de corrido. Ahora el JAEN nos ha hecho el regalo de tenernos en cuenta, recolectando algunos de nuestros trabajos a lo largo de veinte años en un cuadrado libro color mostaza, “Un velero de libertad”, cuya sección más prontamente visitada el día de su presentación fue... Pues claro que sí: el índice de firmantes, o sea los tripulantes de la embarcación. “A ver si estoy”, nos afanábamos todos procurando que nadie o muy pocos se dieran cuenta de nuestro ombligo al aire, así como si estuviésemos echándole una ojeada distraída al producto. Qué pellizcos estomacales, ¿verdad?, hasta que el bálsamo de nuestros nombres en letra impresa venía a aliviárnoslo, qué mal rato. Entonces, con la sonrisita satisfecha, pasábamos a comprobar si habían incluido al vecino, si bien, ya, con una cierta sudadera en los bajos, las cosas como son. Eso de estar o no estar e incluso haber aparecido o desaparecido sorprendentemente en una antología da para muchas cañas y rabietas posteriores. Y se pasa más bien, da una risa...